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E . R IV E R A D E V E N T O SA 321 En la misma línea se colocó el profesor de la Universidad de Bo­ lonia, Felice Bataglia, muy conocido por sus estudios sobre filosofía de la historia. En su conferencia: P o lític a y re lig ió n e n N ic o lá s de C usa utilizó el lado favorable de la obra del Cusano D e c o n c o rd a n tia c a th o lic a , para disertar en función de ella sobre el universalismo del gran Cardenal y sobre su concepción de la Iglesia y el Imperio en función de este universalismo. Además de este tema, siempre actual desde que se rompió la unidad espiritual de Europa, F. Bataglia quiso entrever el tema de la democracia. Porque, subrayaba el docto pro­ fesor, donde se admite la libertad, allí hay que admitir la democra­ cia, sin necesidad de llegar al Pacto Social de Rousseau, en quien cris­ taliza la escuela laica del Derecho Natural, que no encuentra ningún apoyo en el Cusano. Ante esta actitud de F. Bataglia nos permitimos hacer una pregunta: ¿Es históricamente aceptable la vinculación de la defensa de la libertad con el régimen político que llamamos demo­ cracia? ¿Lo fue de hecho en el Cusano?... En un plano más histórico, pero muy discutido se situó P. Wilpert, profesor de Colonia, en su conferencia sobre N ic o lá s de C usa y e l N o ­ m in a lism o . Que haya influjos nominalistas en el Cusano, ningún his­ toriador duda de ello. Pero P. Wilpert quiso matizar más el tema y determinar hasta dónde llega este influjo. Ante todo observó que el problema gnoseológico era en el siglo xv cuestión primordial e inelu­ dible. Ahora bien; en su solución Nicolás de Cusa tomó un camino que no era el clásico de la escolástica. Para Santo Tomás la noción expresa la esencia de la cosa, mientras que para Nicolás de Cusa la definición que nos hace saber es la que explica lo que la palabra con­ tiene. ¿No nos hallamos con esto en el punto de partida del moderno nominalismo que llega en los momentos actuales a hacer de la filoso­ fía una interpretación de nuestros signos mentales? Tal vez P. Wil­ pert no quería llegar tan lejos, pero ciertamente se puso en camino. Desde otro punto de vista estudió el problema Wilpert, al comen­ tar el reiterado aserto del Cusano de que la <¡.mens h u m a n a * es imagen de la <mens d iv in a ». De donde se sigue que asi como Dios creó el mun­ do a su imagen, el hombre crea asimismo una imagen razonada del mundo. Esto parece un intento de separar la realidad de su repre­ sentación, tema latente en todo nominalismo. El mismo Wilpert reco­ nocía en ello una dificultad para poder elevarse a la metafísica espe­ culativa. Ahora bien, preguntamos nosotros: si la metafísica es tan potente en el Cusano, ¿no será algo exagerado hablar de su nomina­ lismo? Nuestra conclusión personal es que los influjos nominalistas no llegan a comprometer el desarrollo del sistema, de tendencia pro­ fundamente platónica. R. Haubst, investigador profesional de Nicolás de Cusa, estudió

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