PS_NyG_1964v011n002p0295_0313

320 P R O B L E M A S A C T U A L E S D E L P E N S A M IE N T O . tiempo se limita, no es fácil responder en la filosofía de Roberto Gros- seteste 2. Otra comunicación interesante fue la del profesor J. Auer sobre cómo c am b ia e l c o n c ep to de « s u p e rn a tu r a lis » en e l siglo x i i i según caím b ia e l con c ep to de n a tu ra le z a . Pero no nos pareció fundada la acusación nominalista contra Duns Escoto por su doctrina sobre la «a c c e p ta tio d iv in a ». Tampoco nos agradó su alusión al pesimismo de los agustinianos. ¿Es que tiene sentido hablar de pesimismo en San Buenaventura, que es el príncipe del agustinismo medieval? A través de estas someras indicaciones nos parece posible entrever las preocupaciones, quizá más bien que problemas, de los incansables investigadores de la gran filosofía medieval cristiana. III. «NICOLAS DE CUSA EN LOS COMIENZOS DEL MUNDO MO­ DERNO», EN EL CONGRESO INTERNACIONAL DE BRESSANONE Bajo un doble signo se ha celebrado este Congreso: el primero fue de tendencia apologética hacia el gran Card. Nicolás de Cusa. Quería ser en el programa una investigación histórica -en torno al Cusano, pero se celaron puntos débiles de este pensador, para subrayar exclu­ sivamente con una benevolencia, en ocasiones poco iluminada, los aspectos positivos del mismo. El segundo consistió en querer ver ya en el Cusano nuestros problemas actuales y hasta nuestras solucio­ nes. Esto en parte es verdad y el título del Congreso está perfecta­ mente motivado. Nicolás se halla históricamente en los comienzos del mundo moderno. Es un pensador que se halla situado en un momento de tránsito entre el pensamiento medieval y el pensamiento nuevo. Pero creemos que se rebasa la historia cuando queremos ver en Nicolás de Cusa nuestros problemas actuales sobre el personalismo, la demo­ cracia, la tolerancia, etc... En su tiempo cada uno de estos temas tenía una proyección muy distinta de la actual. Ya en los discursos de introducción, pronunciados por Mario Gen- tile, de la Universidad de Padua, y por Hans George, de la Academia de Hddelberg, se advertía muy viva la doble preocupación que hemos señalado. Mario Gentile vio cómo la hora actual encierra una ame­ naza para la civilización cristiana, pues un creciente materialismo pone en peligro los mejores valores. 2. Dado el inevitable sincronismo de las sesiones particulares no pudimos asis­ tir a varias comunicaciones sobre la filosofía de la naturaleza en Duns Escoto. Ello explica nuestro silencio.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz