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E U S E B IO G . DE P E SQ U E R A 109 de reha cerse : eliminando la herencia viciada del viejo Adán y asi­ milando el modo de ser de Cristo, Adán nuevo, cabeza de una huma­ nidad recuperada para los planes de Dios). Libro vita l-norm a tivo. — Linea pagana: «Vidas Paralelas» de Plu­ tarco. Linea cristiana: el Evangelio. Digo libro «vital-normativo», porque en ambos casos no se trata de escritos de especulación, de obras que expongan una Etica siste­ máticamente construida o elaborada, a base de teoría y discurso, sino de libros que, ante todo, nos hablan de personas: personas egre­ gias desde luego, las cuales, en su vivir, por lo que «hacen» y «dicen», van quedando constituidas en «norma» o modelo para los demás. Por lo que se refiere a las Vidas de Plutarco, sería prolijo ponderar aquí lo que tal libro ha supuesto para todos aquellos que han buscado ser hombres de pro según una mentalidad natural y mundana. Bas­ ten estos datos: El mismo Plutarco explicó así su obra: «Aprendemos así en los más grandes e ilustres varones a apartarnos y abominar de lo ruin, de lo maligno, de lo innoble que nos rodea...». Emerson llamó a este libro «Biblia de los Héroes». Y la colección Austral de Buenos Aires, que en una serie de mane­ jables volúmenes le ha puesto al alcance de cualquier hombre cu­ rioso, nos lo presenta con palabras como estas: «Lectura predilecta de héroes y grandes hombres... Se exaltan en estas páginas los va­ lores humanos eternos del hombre... Los grandes hombres, del Re­ nacimiento acá, han admirado y se han abrevado en las «Vidas Pa­ ralelas»... El vivísimo contraste entre la línea moral de cuño pagano y la que arranca genuinamente de Cristo creo yo que aparece ya bastante claro en el confrontamiento que antes hice de sus elementos bási­ cos; pero, seguramente nos impresionará aún más dicho contraste si lo observamos con agudeza en el terreno de los hechos. He aquí dos, que ahora se me ofrecen; de no mucha monta en sí mismos, pero ciertamente muy reveladores. Uno es de Sócrates, el gran santón del viejo mundo clásico; otro, de un modesto santo cristiano, S. Fran­ cisco María de Camporrosso 5, lego franciscano-capuchino, canonizado por Juan XX III el 9 de diciembre de 1962. El primero lo encontramos en Diógenes Laercio *: «...él —Sócra­ 5. N a ció en C am p o rro so , región de L ig u ria , el a ñ o 1 8 0 4 ; y m u rió en G é n o v a el 1862. 6 . Vidas de los jilosójos viás ilustres, tra d , de José O rtiz y Sa n z. M a d rid , E d . A g u ila r (C o lec ció n «C riso l»), 1962, p p . 78-79.

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