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E U S E B IO G . D E P E SQ U E R A 117 En fin, aspiremos, como hacía Sor Isabel de la Trinidad, a reves­ tirnos tan perfectamente de Cristo, que el Padre no vea en nosotros más que al H ijo m u y amado, en el cual tiene puestas todas sus com ­ placencias. E usebio G. de P esquera , O. F. M. C ap . León

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