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102 « D E D IT E I S P O T E S T A T E M F IL IO S D E I F I E R I » Es a los que le reciben, a los que se adhieren a Cristo y creen en El, a quienes concede la «exousia»; luego si ya lo han recibido, si ya creen en El, ¿cómo puede decirse que «exousia» se refiere a la libre facultad para creer en El? ¿Acaso el vocablo «exousia» no tiene otros significados que cua­ dren mejor con el pensamiento de San Juan? Al menos en el griego profano significa también «abundancia, esplendor, magnificencia, dig­ nidad». ¿No podría traducirse por «dignidad» la palabra «exousia»? Si en oíros pasajes no significa preciamente esto, el concepto, no obs­ tante de «dignidad», está latente, pues quien posee autoridad, poder, facultad tiene ordinariamente dignidad, rango, magnificencia. Además, en el capítulo 18, 1 del Apocalipsis, la palabra «exousia» que corrientemente se traduce por «poder, potencia» creo podría tra­ ducirse muy bien y quizás en mayor consonancia con el contexto, por «esplendor, magnificencia», lo cual sería un apoyo filológico del paso que estudiamos. Por otra parte, aunque el significado sea desacos­ tumbrado en el N. Testamento M, debemos mantenerlo si a ello nos obliga el imperativo ideológico del texto y del contexto. «G en esza i»: e 1 infinitivo «genészai» tiene tres acepciones funda­ mentales: nacer, ser, hacerse o convertirse. Frecuentemente en grie­ go se emplea con el significado de «ser», en cuanto indica efecto con­ seguido; igualmente se usa con el sentido de «hacerse o convertirse», por efecto de una mutación, de un cambio. Estos dos sentidos caben muy bien aquí y el último indicaría mejor la transformación obrada en quien recibe a Cristo, la nueva realidad del creyente que consiste en ser hijo de Dios. «Telena Z eou » : la concepción del creyente como «hijo de Dios» tie­ ne sus raíces profundas en el pensamiento judío (Os. 1, 2; Ez. 16, 20). Los judíos están habituados a considerarse como hijos predilectos e intangibles de Dios. San Juan contrapone la situación del judío, que se cree hijo de Dios, con la del creyente en Cristo; los judíos que rechazan a Cristo pierden la filiación verdadera y pasa a los que creen en Cristo. La frase «hijos de Dios» indica una comunidad de vida entre Dios Padre y sus hijos. Los hijos de Dios son los nacidos de El por una espiritual generación; es lo que se afirma en el versícu­ lo 13, primero de un modo negativo, por contraste con el proceso ordinario de la generación física y luego positivamente con las pa­ labras: «allek Zeou eggennézesan». Dios es la causa inmediata de la nueva vida del creyente. ¿Y quié­ 16. S im o n -D o ra d o , Praelectiones Biblicae. Introducüo et Commsntarius in Q'Mttuor Jesu Christi Evangelia, T a u rin i 1951, p. 254.

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