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F E L IC IA N O DE V E N T O SA 91 que la dignifica sobre las demás potencias. Todo el resto del cosmos observa el orden poique se lo imponen. Sólo a la voluntad libre le es dado observar el orden porque lo quiere observar. Lo hace así mientras es recta. El pecado no es otra cosa que un salirse fuera del orden. Con el tema del pecado nos hallamos inmersos en los problemas de la ética. Se ha acusado a Duns Escoto de haber introducido el positivismo en la moral. Nada más falso. Baste decir que para Duns Escoto la relación de orden entre Dios y la creatura es de naturaleza óntica y que por consiguiente, la relación moral que se sigue de esta relación es igualmente de absoluto valor. Dios impone las obliga ciones morales que dimanan de aquí con voluntad absoluta de ser obedecido. Por eso, no hay lugar a ninguna clase de positivismo moral. Ello, sin embargo, no obsta para que la voluntad de Dios pueda establecer diversas relaciones morales entre las creaturas. A esta la llama Duns Escoto ’’voluntad ordenada” 27. Por lo que toca al problema que nos preocupa, tenemos que decir que si Dios manda, ya sea con voluntad absoluta —mandamientos de la primera tabla— , ya sea con voluntad ordenada —mandamientos de la segunda tabla—, la voluntad libre tiene que aceptar el orden divino señalado, y tratar de realizarlo. Con el tema del orden va unido el de los valores, sobre todo el de los valores ético-religiosos. Largo tema sobre el que ahora sólo es posible hacer someras insinuaciones. Para darnos cuenta del pen samiento de Duns Escoto basta citar un pasaje en que nos hace ver que si la voluntad no fuera libre, no amaría el hombre sino lo que agrada a su egoísmo. Sólo porque la voluntad es libre es capaz de amar la justicia. «El afecto a la justicia, dice textualmente Duns Escoto, es propio de la voluntad ” in quantum libera e st” » 2S. El mártir que renuncia a todo por confesar a Cristo es la ejem - plificación de la doctrina de Duns Escoto sobre la relación entre el valor moral y la voluntad libre. Algún filósofo moderno como Max Scheler, ve cómo lo más propio del hombre, no su capacidad de conocer su puesto en el cosmos, como alguna vez se ha dicho, sino su capacidad de obrar moralmente. Duns Escoto le había precedido con ventaja. El hombre es plenamente hombre, cuando dejando a 27. Op. Oxon., I, d. 44, q. I (ed. Vives), t. 10, p . 742 ss. S o b re este te m a v éa se E. G ils o n , o. c., pp. 611-614 28. Rep. Paris., I l l , d. 26, q. u n ., n. 19 (ed. Vives), t. 23, p. 4 7 5 : « In v o lú n ta te est a fie c tio ju stitia e e t a ffe c tio com m od i. S e cu n d u m istas d u as a ffe e tio n e s h a b et du os a c tu s ... S i a u te m v o lu n ta s n o n esset lib era, n ih il a m a re t nisi sibi com m o d um ».
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