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56 LA E S P IR IT U A L ID A D U N IT A R IA . preside (Rom. 12, 3 ss.), pero siempre primero los apóstoles (1 Cor. 12, 28 ss.) 2. «Las epístolas pastorales nos ponen frente a una Iglesia ya esta­ blecida con cierta seguridad orgánica. Se la entiende con categorías de orden social —casa, familia— , y se le da el apelativo estático de pilar y fundamento de la verdad (1 Tim. 3, 15). La autoridad está en manos de San Pablo, que envía a sus delegados, Timoteo y Tito, dándoles órdenes en relación a cuestiones de fe, de costumbres, del servicio divino, etc. 3. Esta jerarquía está, según San Pablo, al servicio del único Evan­ gelio, que nadie puede alterar, aunque sea un ángel del cielo (Gal. 1, 6). Porque la doctrina y la práctica evangélicas son algo recibido del Señor (1 Cor. 11, 23) y constituyen un depósito que se ha de conservar y transmitir incontaminado (1 Tim. 6, 20; 2 Tim. 1, 14). Por otro lado, la trabazón de esta unidad rebasa el campo mera­ mente social y se concretiza en una sola persona: Cristo. Pablo podía dejar en la penumbra de una consecuencia la unidad que se esta­ blecería cuando todos se convirtieran a Jesucristo. Pero no lo hace así. Habla de la unidad explícita y perentoriamente. Para ser discí­ pulo verdadero de Cristo hay que llevar la conciencia bien clara de la unidad y estar en disposición de sacrificar todas las diferencias nocivas a la misma unidad. A los Gálatas les escribe: «Cuantos en Cristo habéis sido bautizados, os habéis vestido de Cristo. No hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni varón ni mujer: todos sois uno en Cristo Jesús» (Gal. 3, 28). Y en las epístolas de la cautividad, cuando algunos conceptos de Pablo han sufrido evolución y perfec­ cionamiento, la idea de la unidad permanece en su prístina nitidez. Lo dice con palabras casi idénticas a las que acabamos de citar: Los Colosenses han de vestirse del hombre nuevo (Cristo), «en quien no hay griego ni judío, ni circuncisión ni incircuncisión, ni bárbaro ni escita, ni esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y en todos» (Col. 3, 11). Es la plenitud de la primera revelación en el camino de Damasco, cuando Cristo se le declaró perseguido en los cristianos (Hech. 9; 22; 2o). ¿Cuáles son los factores que verifican la unidad en Cristo? Esta es la cuestión de más interés para nosotros. a) El llamam iento de Dios, factor primario en la espiritualidad unitaria. — La Teología paulina es cristocéntríca; no cabe duda. 2. B . de A r m e lla d a , Para una Teología Bíblica del episcopado, en « X X I I S e­ m a n a E sp a ñ o la d e T e o lo g ía », M a d r id 1963, p . 37. 3. L. c ., p . 38.

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