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3 1 4 X I I SEMANA SO CIAL DE ESPAÑA consejados a la mujer, ni la psicología diferencial ni la profesionolo- gía han llegado a establecer un cuadro de profesiones o carreras espe­ cíficamente femeninas». Dejando, por tanto, a un lado aquellas funciones maternales habrá que pensar más que en unos trabajos específicamente femeninos en una educación que forme a la mujer para participar de «una manera femenina» en la inmensa mayoría de los trabajos. En un último punto de esta lección se estudió la posible partici­ pación femenina en actividades tan de hoy como éstas: aumento ma­ sivo de los medios de difusión, los deportes y el juego, medios de trans­ porte y comunicación, participación en responsabilidades político- so­ ciales, etc. D. RAMON PRIETO BANCES, desarrolló su lección sobre «La UNI­ VERSIDAD Y LOS TRABAJADORES». Comienza aludiendo a las re­ laciones entre la doctrina pontificia sobre la justicia, la caridad y la libertad y la Universidad. Al historiar las relaciones entre la Universidad y el mundo del tra­ bajo se citan dos movimientos particularmente queridos por el ponen­ te : el de la Universidad de Cambridge, que nace en 1871, y el Movi­ miento de Oviedo que vive pujante entre los años 1898 y 1904; ambos movimientos tuvieron sus virtudes y también sus grandes fallos, — el Movimiento de Oviedo fue burgués y clasista. Es preciso que la Universidad tome conciencia de su papel como creadora de hombres eminentes con auténtico sentido social. Por otra parte la Universidad debe estar abierta a todos. II. CONFERENCIAS Las conferencias apenas si se diferenciaron de las lecciones; solamente en el nombre y en que no existía diálogo al final de las mismas. Tal vez, en conjunto, fueron éstas más interesantes que aqué­ llas. En todo caso tuvieron más mordiente, y descendieron fácilmente a la práctica, allí donde la Sociología duele y se hace llaga al tocar temas que se viven. Por otra parte, como queda apuntado al principio, fue eso lo que más molestamente se acusó, la ausencia de soluciones prácticas para casos y situaciones que se respiran en el ambiente de España. ¡Qué diferencia, desde este punto de vista, entre una Sema­ na Social de España y una Semana Social de Francia! No sólo se di­ ferencian en que en Francia asisten unos tres mil semanistas y en España no llegan a los quinientos. Es que allí, en Francia, estudian descaradamente los temas que están en el aire, aunque molesten. En España somos... más comedidos; aquí tenemos mucho cuidado por

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