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234 IN F IE R N O , VERDAD «E T E R N A » debe hacerse con toda expresión m ítica— puede inducir a error. El infierno no es un «lugar», sino una «situación» humana. Como hum a ­ na que es esta situación sólo puede surgir por decisión personal del hombre. Por consiguiente, no está ya ahí desde el principio, la situa­ ción la crea el hombre. Ahora bien, la ira de Dios en su contenido real positivo, no es más que el Amor que no se comunica, en vista de esta situación. Por ello, la Ira está eternamene en Dios como mera posibilidad, pero no como realidad; es decir, que en Dios existe el Am o r; pero la Ira no es eterna, sino que surge en vista de una situa­ ción y se mantiene m ien tras exista la situación hum ana de rebeldía ante el Amor. Según esto creemos que la teología de «hombres viadores» no puede afirmar que existe ya una Ira de Dios desatada contra el peca­ dor endurecido, o en lenguaje teológico, una reprobación antecedente al infierno. Más sobriamente debe decirse que es «posible» que llegue a revelarse en Dios esta actitud de «Ira S a n ta » ; pero ello no quiere decir que exista ya desde la eternidad en Dios. Esa Ira San ta es un «acontecim iento» que puede tener lugar sólo en referencia a una situación concreta creada por el hom b re: la negación del Amor Santo de Dios pecando. V. EL MISTERIO DEL INFIERNO EN LA «ANALOGIA DE FE » Para comprender cualquier verdad revelada necesitamos verla siempre en la conexión que guarda con el con jun to de las verdades reveladas y con la Econom ía de salvación toda entera. Es lo que lla ­ mamos la «analogía de la f e » : esa visión equilibrada, armónica y v a - lorativa de cada verdad en las múltiples vertientes que tiene abiertas hacia el variado universo sobrenatural. Por cada uno de sus lados la verdad del infierno recibe luz de otras muchas verdades reveladas y también ellas la reciben del infierno. En el fondo toda realidad existen­ te no es m ás que un haz de relaciones y correlaciones, sin cuya apren­ sión no nos es comprensible, no tiene «logos» y, por tan to, no sería realidad para nosotros. Lo m ismo le pasa a la realidad que llam am os «infierno»: no es inteligible sino encuadrada en mú ltiples relaciones y correlaciones del mundo sobrenatural. Vam os a estudiar el misterio del infierno encuadrado en este mun ­ do sobrenatural en el cual ún icamente deja de ser el «punto negro», el caso rebelde a todo tratam ien to de parte de la inteligencia ilum i­ nada por la fe.

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