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RIC ARDO BARACALDO 1 0 9 Ponemos en este amor la característica de frialdad o de afectuosidad con base espiritual, a diferencia de la afectuosidad ardiente o carnal (calor), y de la afectuosidad gélida (algidez) que indica la resisten cia a las excitaciones de las sentidos. El propósito de virginidad en la adolescencia y la firmeza que se trasluce en las palabras de la Virgen, indican que ha sido fruto de una larga reflexión, fruto de algo que fue visto con intensa cla ridad, desde la niñez. Desde entonces da ta la avidez de pureza, la avidez de Dios, su voto de virginidad y consagración a Dios. La in fan cia está dom inada por la ternura mística. Y a entonces h a surgido en su mente la escala de valores. Ha descubierto con admirable claridad las ideas sobre la perfección y h a distinguido netam en te (discernimiento), entre los varios medios de perfección, el más per fecto y adecuado a su espíritu; ha buscado lo más límpido (marcada repugnancia a manchas morales) y lo más nítido (serenidad, dis cernimiento). Un hecho de esta índole es único en su ambiente y en la historia de su pueblo y el haberlo realizado demuestra en ella audacia y carácter decidido (impetuosidad), extraordinaria ampli tud de visión (visión panorámica), a fin de no incurrir en impru dencias, espíritu emprendedor lleno de optim ismo (iniciativa inno vadora) para interpretar y realizar la en trega de su personalidad al Seño r; visión nueva de la vida (originalidad) con aptitud inno vadora, y al m ismo tiempo fuerza anticipadora e impulsora a la realización de tales innovaciones (iniciativa innovadora con ori ginalidad). Esta actitud de M aría presupone en su espíritu un conocim iento exacto del valor de la virginidad como ofrenda religiosa y como estado de vida superior al matrimon io. Pero al m ismo tiempo, al escoger libremente el estado del matrimon io requiere en su inteli gencia una visión amplísima, necesaria para proceder con prudencia, sabiduría y sentido crítico. Exige, además, seguridad (impetuosidad) en el logro de tal empresa, es decir, en conciliar el matrimonio con el cumplim iento del propósito de virginidad. Esto no se logra sin un m uy fuerte espíritu de resolución, firmeza y constancia (conti nuidad) en los propósitos sobre un voto delicadísimo, cuya realidad puede ser destruida por la debilidad de un m om en to ; y sin un sen tido adecuado de condescendencia para complacer, respetar, obede cer, someterse y adaptarse a las costumbres del tiempo y tal vez a las exigencias de los padres, por lo que respecta al matrimonio. No reaccionó violentamente (reacción media) contra el matrimon io por defender el voto, n i buscó ún icamente el amor de Dios despre ciando el de su esposo. Aceptó los dos. Se sometió espontáneamente
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