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RIC ARDO BARACALDO 139 de virginidad y la solución al problema de su porvenir terreno, m e­ diante el matrim on io ( iniciativa innovadora). —* La prontitud. Es una bella cualidad de María y se debe a su carácter impetuoso ( impetuosidad ), activo y dinám ico en las cir­ cunstancias de su vida de las que, tan sobriamente, nos in form a el Evangelio. — La resolución, Se patentiza en la seguridad con que ejecu ta María sus acciones, la habilidad práctica y la tendencia a tomar la iniciativa. Aparecen estas notas en el voto de virginidad, en el matrimon io con José, en la Visitación, en las bodas de Caná, en su presencia en el Gólgota. —* La energía. Es el vigor con que ejecu ta las acciones m ás ar­ dua?, como en la asistencia a la pasión de su H ijo en el Calvario. Es el producto de varias tendencias (imperio, iniciativa innovadora, impetuosidad, rapidez). — La dinamicidad. Comprende, como fuente principal, la acti­ vidad constante que en María tiene m atiz especial, por su iniciativa innovadora. —* La coherencia. Depende de la continuidad en el modo de pen ­ sar y de obrar, cuya presencia ya hemos observado en María. —< La corrección, o exención de errores. Esta exención de errores proviene de la maravillosa visión panorámica. —* La .autocrítica. Es el examen de las propias decisiones con sen tido crítico, no dejando que la pasión in fluya sobre la decisión que vamos a tomar. Esto resulta fácil a quien está exento de amor propio (generosidad, visión panorámica, autodisciplina, exención de apego pasional a las propias ideas, de sobreestimación del propio modo de pensar, espíritu detallista, delicadeza, profundidad). — • La autorrectificación. Requiere las m ism as condiciones que la cualidad anterior, añadidas la tenacidad y condescendencia. En M aría podemos observar esta cualidad en este hecho. Ella se había formado su criterio sobre la dependencia de Jesús respecto de ella hasta su edad adu lta ; pero con la respuesta de Jesús en el Templo la m od ifica con facilidad según la dirección de la m isma respuesta, es decir, que Jesús también ten ia que ocuparse en las cosas de su Padre celestial. — ■ El valor. Presenta factores fisiológicos y espirituales. Los pri­ meros residen en los nervios y en el corazón, los segundos en la inteligencia, en el sentim iento y en la voluntad. Los factores fisio­ lógicos que dependen de los nervios tienen su firmeza en la tran­ quilidad y frialdad ; los que dependen del corazón tienen poca con -

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