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134 VID A P S IC O L O G IC A DE M A R IA —• Equilibrio reactivo. Resu lta estructurado en esta fo rm a : las emociones tienen una a lta intensidad, a causa de la delicadeza, y de la hipersensibilidad. Las reacciones son también muy fuertes por la impetuosidad, el arranque, rapidez, fogosidad acometedora, pro­ porcionando una descarga a los su frim ientos internos, descarga que sigue las norm as del buen orden gracias a la autodisciplina; se tras- form a en sublimación, gracias a la sensibilidad m ística y ascética. Las fuerzas razionalizantes están representadas por la ya m encio­ n ad a visión panorám ica. Se tiene pues un equilibrio muy bien lo­ grado. La vida de María, según lo que acabamos de indicar, parece que transcurre en una calma y serenidad extasiadoras, como en una ininterrumpida contemplación. La realidad es otra. Las grandes o s­ cilaciones de su humor producen estados diferentes, pero el equi­ librio de las tendencias frenadoras, la plenitud de la gracia y de los dones sobrenaturales hacen que su espíritu adquiera pronto la paz y tranquilidad. — La delectación. Tiene repercusiones en los sentidos, en el co­ razón, y en las obras. La delectación de los sentidos depende de la sensibilidad que proporciona la delicadeza y la hipersensibilidad, notas que son muy relevantes en María. La delectación del corazón se diversifica en virtuosa, pasional, estética y artística. La delectación pasional está ausente de María, según lo que di­ jim os al hablar de sus pasiones. La delectación virtuosa de su corazón inmaculado y virginal le proporciona una satisfacción inefable en el ejercicio, práctica y estim a de la virtud, según la intensidad de las tendencias natu rales: a) En la hum ildad, porque está exenta de las formas de orgullo y amor propio; b) En la paciencia, por el equilibrio de resentimiento y reacción y por la exención de contorsión, contraste y coacción; m ientras los efectos de la impetuosidad y de la rapidez y de la hiperserisibilidad son frenados por la autodisciplina, por la visión panorámica y tran s­ formados en dulces y blandos por la longanimidad que surge de la comprensión, ternura, condescendencia, generosidad. c) En el buen humor, por la posesión de la generosidad. d) En la sum isión, efecto de la generosidad y complacencia. e) En la comprensión, en la inclinación al perdón y en la indul­ gencia, por las bellas dotes de comprensión, condescendencia y ge­ nerosidad.

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