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RIC AR D O BARACALDO 123 beraciones, decisiones y actividad. Ponemos en letra cursiva las ten ­ dencias motrices de las cuales dependen las tendencias satélites y con cuya unión y combinación resultan distintas cualidades psicológicas. I .— INTELIGENCIA DE MARIA 1) P rocedimiento asimilativo . — 1 La seguridad mental. El procedimiento asim ilativo es el m e ­ canismo con que captamos las ideas para conocer bien la realidad exterior. La seguridad m en ta l de María se patentiza en la máxima con fianza en sí m ism a (impetuosidad) con que procede en el desa­ rrollo de sus tareas mentales, sin dudas n i incertidumbres, sin va ­ cilaciones; sino al contrario, con pleno señorío de sus capacidades mentales en m edida ju sta , es decir, con una con fianza de intensidad igual a la de la comprensión de las cosas e ideas. Esta con fianza la hemos admirado en varias situaciones de María como en el voto de virginidad, en el diálogo con el ángel, en el cántico del Magn íficat, en las bodas de Caná y en el Calvario. Por este m ismo hecho se ex­ cluyen de María todas las tendencias que implican ansiedad, difi­ cultad y descon fianza en el procedimiento mental. —> La atención. La atención de María presenta elementos ideales para una óptima intelección, a saber, intensidad m áxim a por la m a ­ ravillosa con fluencia de robustez psíquica, substancialidad que lleva a la esencia de las cosas, profundidad o capacidad de formarse ideas complejas, y de percibir el detalle, que da agudeza de observación. La segunda propiedad de la atención es la velocidad máxim a, de­ bida a la impetuosidad, que permite pasar rápidamente de un objeto a otro de la intelección. La tercera cualidad es la distribución media o capacidad de repartirse simu ltáneam en te sobre distintos objetos (au ¡encía de contorsión), La cuarta cualidad es la regularidad m á ­ xima, es decir, una combinación de igualdad y variabilidad de humor superando en algo la igualdad de humor. —* La abstracción. Ofrece maravillosos relieves, pues de la in ­ m ensa fronda de percepciones solamente recoge del árbol los frutos que han de nutrir su espíritu con fuerza vigorizada ( robustez psí­ quica), desechando del temple de su alma la enervación y pol­ tronería. —- El reconocimiento. Se realiza esta operación por la compara­ ción de las percepciones habidas con otras sem ejan tes ( reacción ) y se establecen las diferencias aún las más sutiles por medio de un máximo discernimiento.

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