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1 0 2 S E N T IM IE N T O R E L IG IO S O . seguridad de la inmortalidad del yo, destinado a ser eternamente un ser-recuerdo de la individuación terrena del psiquismo infin ito. La psicología religiosa, así explicada como resultado científico y positivo de la psicología, tiene posibilidad de liberar al hombre de la inseguridad sobre su propio destino y de la sensación opresora del acabam iento del propio ser con la muerte física. Liseguridad y sensación que constituyen un fenómeno enferm izo y, por tan to, no correspondiente a la realidad del hombre. EH tiempo es una sucesión de instantes aún sin acontecim ien to; del m ism o modo que el espacio es un tejido de dimensiones ocupables físicam ente, aún cuando no hubiera absolutamente nada. Estos son hechos tomados del ambiente y al m ismo tiempo psico­ lógicos. El psiquismo humano está fundam en talm en te condicionado por la imposibilidad de que haya un punto en el cual com ienza la sucesión de instantes y un punto en que term ina ; y por la impo­ sibilidad de que se dé un lím ite en que term ine el espacio (con una p a red ?... y más a llá ?... de nuevo espacio?... y en tal ca so ?...). El psicólogo que estudia la influencia del ambiente y del tiempo sobre la persona hum ana, no puede encontrar justificación para eximirse de estudiar estas influencias que lo impregnan. Y estos ra­ zonam ientos no son otra cosa que exposición sistem ática de hechos comprobados y por tanto la presentación legitim a de una importan ­ tísima realidad psicológica humana, que debe ser considerada como insustituible bagaje doctrinal del psicólogo. Si las doctrinas cuya síntesis ofrecemos, han surgido de la inves­ tigación y han sido desarrolladas por un Instituto que no tiene la calificación pública de católico, con mayor motivo y con mayor ri­ queza de datos, deberían ya hace tiempo haber sido estructuradas por la Universidad Católica de M ilán. El recto recurso al psicoanálisis y la expCrimentabilidad del sen ­ timiento religioso. Pongamos en seguida de relieve, con el debido interés, la apli­ cación por parte de Ancona de los criterios psicoanalíticos al estudio del sentim iento religioso. Nuestro Instituto, estudiando la psicología de la escritura como producto del subconsciente y del inconsciente, obviamente ha reco­ gido, con la debida adaptación, ciertos principios psicoanalíticos. Pero han sido rectificadas sus restricciones al campo orgánico y la interpretación estrechamente materialista, como también el reducir la finalidad de la vida del hombre a la satisfacción de los instintos. Esto tiene como consecuencia el que, en el freudismo, se recurra