PS_NyG_1963v010n001p0081_0094

94 E N TO R N O A LO M IS T IC O a lm a abarcando toda acción realizada bajo el soplo del Paráclito, aún variando en grado e intensidad» **. En fin, sirvan estas citas para demostrar cómo e l concepto de m ístico que nos da Pío X I I en la Mystici Corporis no es tan a jeno como pudiera creerse a la verdadera m ística cristiana, y cómo tal vez partiendo de él se llegara m ás fácilm en te a una noción u n ifi- cadora que resolvería muchos puntos hoy todavía oscuros en la Teología Espiritual. A l menos nos parece un concepto más objetivo y dogmático, y dejaría de tener ese sentido despectivo que no pocas veces se le da, haciéndolo lindar con lo ilusorio e irreal 57. S antiago de la C oruña , o . f . m . cap . León •56. «La mistica, che s’incentra nella carita, abbraccia tutta la vita di grazia, dallo smantellamento dell’uomo vecchio che s’inizia col Battesimo, al progressivo rivestimento delle virtù, su su fino all’unione perfetta. Essa non si limita a qudl’at- timo più o meno transitorio della contemplazione infusa, ma si estende, dall’is­ tante in cui la grazia ha preso il timone dell’anima, a ogni azione compiuta sotto il soffio animatore del Paraciito, pur variando di grado e di intensità». L. c., pàg. 432. 57. Escritas ya estas páginas, hemos recibido el recién publicado libro Teología de la Mística, de Jiménez Duque (BAC), Madrid 1963. En el último capítulo ¿Qué es la Mística? leemos lo siguiente: «¿Qué es, pues, la mistica en sentido más estricto? El misterio cristiano vivido con tal intensidad y altura, que la parte de Dios en él parezca ir prevaleciendo sobre la actividad humana en el mismo. En el fondo, esto siempre es asi. Dios hace más y hace primero y hace siempre. Pero las apariencias al menos dicen lo contrario» (pág. 470). ¿No seria mejor de­ finir la Mistica por lo que es y no por lo que parece, sobre todo si esas apariencias no reflejan lo que siempre pasa en el fondo?

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz