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C A R L O S DE V IL L A P A D IE R N A 63 B. Superioridad de la nueva « diatheque » sobre la primera. Los capítulos 7-10 forman el núcleo central de la ca rta ; en ellos, de modo explícito y solemne, se comparan la antigua y la nueva «diatheque», en los aspectos más fundam en tales por los cuales am ­ bas se diferencian entre sí: el sacerdocio y los sacrificios. La religión es un culto y el culto implica un sacrificio; no hay acceso a Dios sin sacrificio y no hay sacrificio sin sacerdote (7, 11). Estos dos actos caracterizan la obra de Cristo, en virtud de los cua­ les se constituye en «enguios» y «mesites» de una m ejor «diatheque» (7, 22; 8, 8). Estos dos calificativos, «enguios» y «mesites», son tradu­ cidos por la Vu lga ta d istin tam en te: «sponsor» y «m sd ia to r»; y por las traducciones a lengua vulgar, «fiador» y «mediador». Sin em ­ bargo, creo que ambos térm inos deben traducirse con la m isma pa ­ labra, mediador, puesto que implican idéntico significado. Así lo h a ­ ce el comentario a los Hebreos en la B iblia ds Garófalo. «Enguios», térm ino jurídico m uy frecuente en los papiros, pero hapaxlegomenon en todo el N. Testam ento (Hbr. 7, 22). «Enguios» es aquél que se obliga por otro en un contrato y asume la responsabi­ lidad jurídica en caso de que ese otro se declare insolvente. Pero debemos dar a «enguios» el significado de «mediador». En e fe c to : 1) No se ve cómo una alianza o una disposición divina bajo ju ram en to tendría aún necesidad de un fiador. 2) El sentido debe calibrarse con relación a la nueva «diatheque» que en traña siempre la idea de «reconciliación» en la que se comprende, naturalm en te, la obra de un mediador, pero no la de un fiador. 3) Es en virtud de su sacerdocio y de su sacrificio, como se desprende del contexto, que Cristo es «engu ios»; ahora bien, el sacerdocio y el sacrificio consti­ tuyen al «mesites», pero no al «enguios». 4) El vocablo «enguios» debe ponerse en relación con el verbo «sozein» del vers. 25, donde Cristo se presenta como principio de salvación ; por otros lugares (5, 9) sabemos que Cristo es principio de salvación en virtud de su sacer­ docio y sacrificio. Luego «enguios» es sinónimo de «mesites». Nuestro autor pudo haber escrito aquí «mesites», como más adelante en 8, 6 ; prefiere «enguios» probablemente por la asonancia con «guego- nen» o «enguisomen» (vers. 19). «Mesites» (8, 6 ; 9, 15; 12, 24). Indica el mediador de un con trato ; aquél que in ten ta aproximar, conciliar los contendientes en una cues­ tión. En Hebreos se dice ún icam ente de Jesús en cuanto que ha re­ conciliado a los hombres con Dios instaurando una nueva econom ía. Si Cristo es «diatheques kainés mesites» (7, 22 ; 8, 6 ; 9, 15), lo es en virtud de su sacerdocio y del acto esencial del sacerdocio: el s a ­ crificio (8, 5). Sobre estas dos realidades, sacerdocio y sacrificio, ver

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