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46 IN F IE R N O , VERDAD «E T E R N A » al hombre pecador lo ordena a sí. Con esto Dios tom a sobre sí la reprobación del hombre con todas sus consecuencias y al hombre lo elige para participar de la gloria divina» 38. Así, pues, para comprender en su naturaleza íntima la predestina­ ción de los hombres, tenemos que fijarnos continuamente en la elección de Cristo. En Cristo Dios se presenta, en primer térm ino, como el Dios que realiza la elección. Naturalm en te en unión con el Padre y el Espíritu Santo :,s. Como Hombre es Jesucristo el Elegido. Pero ¿qué es lo que Dios elige para sí en Jesucristo y qué es lo que elige para los hombres? En Jesús Dios elige para los hombre el perdón, la gracia, la comunicación libre y generosa de su propia alegría. En cambio, para en sí elige Dios en Cristo la reprobación, la ignom in ia de la Cruz. De esta form a encontramos en Cristo la «predestinación dob le »: no hay doble decreto absoluto y eterno en que a unos se les determ ina para la gloria y a otros para la ig ­ nom in ia eterna. Sólo hay un decreto concreto, un querer único de D ios: Jesucristo. En Cristo, dice Dios las dos cosas fundam en tales que quiere decir en la creación: comunicar su gracia, amor y per­ dón a los hombres en Cristo — y también en Cristo Crucificado— intimarles su juicio, su reprobación del pecado y de la rebeldía pro­ pia del hombre. Además de la decisión divina de ser gracia y amor liberal, Cristo implica también «que una ira se h a encendido, un juicio h a sido pronunciado, un castigo se ha cumplido, una repro­ bación ha ten ido lugar» Todo ello en Cristo. Todo lo que hay de gracia se cumplió ya en C risto; todo lo que hay de reprobación también lo cumplió ya Dios en Cristo. El es la verificación plena de toda gracia ; pero también de toda reprobación. Sólo en Cristo, por Cristo y para Cristo h ay gracia y reprobación. Lo demás es pensar por categorías abstractas e irreales. Siempre hablamos de la dualidad predestinación - reprobación, felicidad - condenación, muerte - vida. Todo ello, en concreto, quie­ re decir: Dios eligió para el hombre lo primero y para sí —-en Cris­ to— la reprobación - condenación - muerte. Creer en el dogm a de la predestinación quiere decir: creer que Dios nos ha sido amable 38. «Die Gnadenwahl ist der ewige Anfang aller Wege und Werke Gottes in Jesus Christus, in welchem Gott in freier Gnade sich selbst für den sündigen Men­ schen und den sündigen Menschen für sich bestimmt und also die Verwerfung des Menschen mit allen ihren Folgen auf sich selber nimmt und den Menschen erwählt zur Teilnahme an seiner eigenen Herrlichkeit», ibid., p. 101, y el comenta­ rio pp. 101-214. 39.Jesucristo es, pues simultáneamente el Dios que elige y el Hombre elegido, «der erwählende Gott» y «der erwählte Mensch», pp. 101-157 passim. 40. Ibid., u. 131, y passim.

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