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A L E JA N D R O DE V IL L A L M O N T E 41 aplica también al comportam iento de Dios y del hombre en la otra vida. El resultado es la «apocatástasis» de todas las cosas en Cristo. Orígenes parece adm itir la posibiliad de perdón del pecado en la otra vida. Incluso sería posible que la libertad hum ana recaiga repetidas veces en pecado, aún en la vida fu tura y vuelva a ser sanada por Dios y de nuevo a caer. Este eterno retorno es, sin embargo, elim inado en otros pasajes, donde Orígenes supera la ideología platón ica en ven ­ ta ja de su cristianismo. La Bondad de Dios llegará a vencer la debi­ lidad hum ana. Serán superadas la muerte y e l pecado. La creación será restaurada en su integridad prim igenia. Todo será restaurado en Cristo («apocatástasis»), y el H ijo entregará al Padre la creación perfecta y redim ida llena de la gloria triun fa l del m ismo Cristo. Orígenes enseña claramente la term inación de los castigos in ­ fernales por la apocatástasis de todo en Cristo. Pero n ada impide que el proceso vuelva a empezar, que vuelvan a tener lugar nuevas caídas de la libertad humana, a la que suceda nuevo retorno a Dios y nueva caída en continuo fluir de un eterno retorno. No previó Orí­ genes que esta circulación de la existencia se pudiera term inar en la eviternidad feliz para los santos y el castigo eviterno para los malos. Orígenes ten ía conciencia de este modo de ver las cosas era una «teoría científica» para iniciados, «gnósticos». Al pueblo sencillo hay que seguir predicándole la eternidad de las penas in fernales, ya que esta convicción tiene un gran valor pedagógico y resulta prácticam en ­ te Indispensable para m an tener la moral del cristianismo popular. Saturado de ideas platón icas no retrocedió ante n inguna de sus con ­ secuencias. Por otra parte, la circunstancia de tener que polem izar contra el gnosticismo, le llevaron a extremar un ilateralmente la Bondad de Dios y la libertad hum ana siempre flexible, hasta elim inar la existencia de la rebeldía eterna contra Dios que, a su juicio, com ­ prometería simu ltáneam en te la Eondad de Dios y la libertad h u ­ m an a **. El Magisterio de la Iglesia rechazó decididamente las teorías de Orígnes. En primer lugar por sus fundamen tación en doctrinas p la ­ tón icas abiertamente en pugna contra dogm as básicos de la fe cris­ tiana, como la teoría de la preexistencia y reencarnación de las al­ mas, que a ten ta contra la concepción cristiana del hombre (D . 203). 28. Los principales textos de Oríegenes y su interpretación pueden verse en J. Quastfn, Patrología, tom. I : Hasta el Conc. de Nícea, Madrid, BAC., 1961, pp. 385-389, con abundante bibliografía. Oon más detención. J. Dantelou, Orígenes, Trad. de Edit. Sudamericana, Buenos Aires, 1958, pp. 340-355. G. Bardy, Les Pères de l’Église en face des problèmes de l’enfer, pp. 225ss.

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