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1 6 IN F IE R N O , VERDAD «E T E R N A » Exam inemos con m ás detención los efectos de este ju icio de D ios en el hombre. Podríamos resum irlos en esta fo rm a : Por efecto del juicio de Dios, son separados los buenos de los malos. Esta separación aparece clara en las parábolas y en la escena del ju icio final. A lgunos hombres incrédulos y pecadores son excluidos del Reino de Dios. Esta exclusión del Reino tiene, evidentemente, carácter de castigo y de condenación. F inalm ente, la expresión más fuerte la encon tramos en las palabras que llam an a este apartam ien to muerte eterna 12. Sin duda por contraposición a la vida eterna que es Dios y que el hombre participa por comun icación de Dios. Completando esta idea de exclusión de la compañía de D ios y con ­ denación a muerte eterna, encontramos la idea de que los condenados son llevados a un lugar de tormento, llam ado la gehenna, donde hay fuego y rechinar de dientes. Sin duda que el N. Testam en to quiere acentuar el hecho de que la separación de Dios, la exclusión de su compañ ía tiene un carácter extremadam ente doloroso para el h om ­ bre: es un morir interm inab le en el cuerpo y en el alma. Pertenece a la esencia del M en sa je de salvación el concebir la Palabra de Dios, su Gracia, el Amor de Dios como una realidad in fini­ tam en te poderosa para dar la vida y la muerte. Y esto no sólo en el variado acontecer de la historia humana, en su devenir, sino que lle­ gada la hora del juicio de Dios, su P a lab ra -G racia -Am or ya no queda condicionada a las alternativas del si o del no de una respuesta h u ­ m ana. En su día el Señor dice el Si defin itivo que da la vida y acepta en su compañía al hombre para llenarle de vida eterna, o dice el No último que separa de Dios al hombre, llenándole de muerte eterna. C) El NT. afirma la existencia del infierno Por todo lo que acabamos de decir se ve claro que el NT . afirm a repetidamente la posibilidad real de que el hombre que h a sido deso­ bediente a la P a lab ra -G ra cia -Am o r de D ios sea apartado, por sen ­ tencia de Dios, de su compañ ía en la o tra vida y condenado a una situación permanente de privación dolorosa, torturan te, del amor y de la vida eternam en te feliz al lado de Dios. Es lo que la teología de la Iglesia llam a el infierno, como situación espiritual del hombre pecador en ultratumba. L lamamos en primer lugar la atención sobre la importancia de la verdad del in fierno tiene el NT . No es una verdad m arg inal en el 12. Apoc. 20,14; Rm. 1,32; 6,16; 21,23; 7,5; 2 Cr. 7,10; Hbr. 2,14; I Jn. 5,16 ss.; Apoc. 211,

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