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3 2 2 APUNTES DE FILOSOFIA BIBLICA filoso fía racionalista? Es cierto que las ciencias experim en tales no nos dan por sí m ismas acceso directo a la creación, sino a lo creado. Sin embargo, las ciencias, en su estado actual, nos aproximan a la comprensión de lo que puede ser el acto creador. No asistimos a una creación de la n ad a ; pero estam os asistiendo cada día a una produc­ ción de una novedad tal, que podemos llegar, sin forzar mucho la analogía, al concepto de una verdadera creación. Hoy se nos hab la de cosmogénesis, de biogénesis, de antropogé- nesis. El mundo no apareció acabado y concluso desde el primer m o ­ mento, y desde las m on tañas hasta los vertebrados la realidad ha ido evolucionando, inventándose progresivamente, en una dirección de mayor complejidad e improbabilidad. «La ciencia moderna nos h a enseñado que el universo entero, en todos sus planos, e stá en génesis. Sabemos que en este m ismo mom ento hay una génesis de átomos, una génesis de estrellas». La propensión a buscar lo real del mundo en lo inmutable, que aparece en el pensam iento de los griegos, ha orien ­ tado la filoso fía hacia la consideración de la etern idad de la materia, que era el elemento básico que permanecía a través de todos los cambios que se nos m an ifiestan en el p lano fenoménico. La idea de la eternidad de la m ateria lleva a esta otra de que la materia es ingenerada e incorruptible. Los griegos concebían toda realidad m a ­ terial al modo de una obra artificial, como una estatua de bronce o de mármol, cuya m ateria h a existido siempre y que va recibiendo diversas form as.... Pero esas form as, al quedar rigurosamente deter­ m inadas por e l movim iento regular y perfecto de los astros y siendo todo lim itado, se impone la repetición periódica de los m ismos acon ­ tecim ientos, según e l gran año de los estoicos. Pero, como h a dicho P. Duhem , «puede decirse que la ciencia moderna nacerá el día en que se ose proclamar e sta verdad : la m ism a m ecánica, las m ismas leyes, rigen los movim ientos celestes y los movim ientos sublunares, el giro del sol, el flu jo y reflu jo del m a r, la caída de los cuerpos pesados. Para que fuera posible concebir un pensam iento sem ejan te era necesario que los astros fueran derribados del rango divino en que la antigüedad los hab ía colocado, era necesario que se produjera una revolución teológica. Esta revolución será obra de la teología cristiana». Fren te a esa visión estática de los griegos, el pensam iento hebreo sostiene que el universo, en su totalidad, h a sido creado y cam ina h acia una consumación en que todo será renovado, cuando aparezcan cielos nuevos y tierra nueva. Por ello el pensam iento hebreo acentúa m á s el contingentismo de las cosas, fren te a la solidez indestructible de la materia eterna de los griegos. Desde su nivel, la ciencia está hoy también en contra de e sa solidez

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