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G A B R IE L DE SO TIE L LO 329 progresivamente, según una escala de comp lejidad creciente, a partir de lo m ás simple y con dirección hacia lo m ás comp lejo y d iferen ­ ciado. Los seres n o han aparecido fortu itam en te n i es ind iferen te el momento en que hacen su presencia en el mundo. «El tiempo en tra como factor determ inan te en la lógica de lo real». Cuando la B iblia nos en seña el comienzo absoluto del mundo, nos presenta una verdad que, además de ser un dogma, es también una verdad científica. No que la B iblia busque enseñarnos ciencia; pero sí que en ciertos m om entos las verdades reveladas no pueden m enos de ser igualm ente verdades cien tíficas, si quieren ser verdades plenas. Para la filosofía racionalista ese era un dato sin sentido desde el punto de v ista filosófico. Hoy, cuando el tiempo ha dejado de ser un cuadro ontológicaimente vacío dentro del cual se desarrollaban los acontecim ientos, para convertirse en ingrediente intrínseco de los seres creados, el relato bíblico de la creación adquiere una franca con firmación y h a sta se nos hace conceptualm ente más asequible este tránsito de la nada a la existencia que es en lo que consiste la crea­ ción v ista desde las cosas. La contribución del pensam ien to bíblico en orden a la creación de una m eta física no queda, ni con mucho, agotada en estas breves notas que acabamos de consignar. Sólo el capítu lo de la antropología filosó fica posee una extensión y una importancia que merecería la pena hacer sobre ello im a amplia monografía. También debería to ­ carse el tem a de la filoso fía de la h istoria, mucho más en consonan ­ cia con nuestro actual concepto de evolución que con el modo de e n ­ tender la h istoria los griegos, que no pudieron evadirse del eterno re­ torno o de la concepción cíclica de la historia. Pero la presente in form ación inten taba solamente llam ar la a ten ­ ción sobre este tema que considero de interés dentro del actual n ivel de la filosofía. G abriel de S otiello , O. F. M . Cap. La Serna. — Salamanca.