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328 A P U N T E S DE F IL O S O F IA B IB L IC A puede rehusar esta verdad y cae, no en un simple error teorético, sino en la m en tira moral, en la culpa. Desde los m isterios del inconsciente emerge la acción hum ana como un en igma. La inteligencia es un diálogo en tre dos libertades, la libertad de Dios que llam a y la libertad del hombre que responde o rehúsa. Y esa inteligencia n o es un lujo intelectual, sino algo que compromete a todo el hombre, porque d e pende de una elección profunda y tiene repercusiones en la vida del hombre. Inteligencia y acción m archan en estrecha correlación. No hay una pura especulación, una m era teoría, como en los griegos. Temporalidad. Otro tem a importante del pensam iento bíblico y que hoy ha re cibido una espléndida con firmación es el de la temporalidad. En la edad m ed ia se discutió largamen te acerca de la posibilidad de la crea ción ab aeterno. Como es sabido, muchos vieron en esa posibilidad una contradicción en sus m ismos térm inos, en tan to que otros, como Santo Tomás, consideraban el problema como racionalm ente insoluble. R e su ltaba d ifícil que ambas posturas llegaran a ponerse de acuerdo, porque el problema se lo hab ían plan teado en térm inos de dos m e ta fí sicas distintas. Hoy la Astrofísica, la F ísica y la B iología nos sum i n istran datos con los cuales el problema perm ite ser planteado, no sólo desde principios abstractos, sino desde la m isma experiencia con creta de lo real. Con ello no decimos que haya sido esclarecido el m isterio de la creación primera. El tránsito de la nada al ser es algo que escapa a nuestras representaciones más sutiles. Pero si pensam os que el mundo es una continua novedad, que están apareciendo nuevos seres y que la naturaleza realiza verdaderos progresos sa ltando a órdenes cua lita tivamen te diversos, comprenderemos cómo el hecho de la creación prim igen ia no tiene nada de absurdo. Todo racionalismo consecuente — el racionalismo es el pensam iento que sólo m an e ja identidades— , debería negar la realidad de la aparición actual de nuevos seres. Toda la creación conocida por nosotros es fechab le, todo tiene una historia y e sa temporalidad es irreversible. Valgan como testimon io estas p a labras de M eyerson : «La ciencia demuestra que, con trariam ente a lo que postulaba la causalidad, no es posible elim inar el tiempo, dado que esta elim inación tendría como condición previa la reversibilidad, y que la reversibilidad no existe por n inguna parte en la naturaleza. El fenómeno reversible es puram en te ideal, no es m ás que un caso lím ite de los fenómenos reales, irreversibles todos en el fondo». Hoy sabemos que el cosm os se ha ido realizando temporalm en te,
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