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BUENAVENTURA DE CARROCERA 301 Por espacio de seis meses debían los alumnos ser instruidos así en las reglas retóricas como en el m anejo de la Sda. Escritura, Santos Padres, etc. Luego vendrían las composiciones y ejercicios prácticos. Para eso el Director del Sem inario m andaría a cada uno de los que form aban parte del m ismo componer un se rm ón ; éste sería leído en público un día a la sem ana y luego se indicarían los defectos tanto en el fondo como en la form a , así en el estilo como en la composi­ ción, pruebas, etc. Lo propio se haría con las pláticas doctrinales, una también cada sem ana. Para completar la formación se tendrían todos los dom ingos con fe­ rencias o casos de moral, pero éstos serían doctrinales y prácticos a la vez. Para eso debía llevarse un libro donde se anotasen los casos raros y difíciles que sucediesen en las misiones a fin de discutirlos y resolverlos después. La estancia en el Sem inario o Colegio sería de cuatro a ñ o s ; sin eso nadie podría obtener el títu lo de misionero, como tampoco le era au ­ torizado predicar misiones sin ser antes aprobado para ello por el Definitorio. En cuan to al segundo pu n to : «cuántos religiosos se habrían de po ­ ner y qué prendas hayan de tener», se ordenaba que el número de m i­ sioneros no pasaría de doce, pero escogidos, dotados de «las prendas naturales de buena y robusta salud, buena voz, gracia natural para el púlpito, afabilidad y prudencia para el con fesonario»; instruidos en teología escolástica, moral y expositiva, celosos, am an tes del retiro y oración y no aseglarados y vanos. Un Reglam en to describía con la mayor m inuciosidad e l método de dar m isiones, señalando los tem as de sermones y doctrinas, modo de hacer la en trada en los pueblos, duración de las misiones, procesión de pen itencia, etc. F inalm ente, se hacía notar m ía vez m ás que este Sem inario se fundaba «para hab ilitar, enseñar y formar su jetos idóneos en este ministerio» de la predicación, sobre todo de misiones, y jun tam en te, por medio del estudio, se constitu iría un grupo selecto y competente de apóstoles. No obstante eso, tal proyecto no se convirtió en realidad, aunque sirvió para crear ambiente y preparar el terreno al Sem inario que lue­ go se fundaría. de enseñar el arte oratorio, dividido en dos partes. La segunda edición apareció en Barcelona eií 1776.

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