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SANTOS DE CARREA 279 «cristianizadas» algunas ideas y especulaciones de los ambientes r a - bínicos palestinenses. Pero no podemos negar que, a partir de los descubrimientos del Mar Muerto, la atención de los especialistas se orienta hacia una comparación y emparen tam iento de los escritos joán icos con los escritos hallados en Qumrán. M á s que a un judaismo ortodoxo, el cuarto evangelio sería deudor, en su mentalidad y en sus expresiones, a un judaismo heterodoxo, representado en los docum en tos del Mar Muerto. G racias a estos hallazgos arqueológicos, nuestro conocim iento del mundo religioso judío de los tiempos de Cristo ha progresado mucho. H asta hace poco, conocíamos ese m undo judío casi exclusivamente a través de la literatura rabínica, siempre difícil de interpretar. Hoy sabemos que el ambiente cultural y religioso de Palestina, en la era del Nuevo Testamento, era bastante complejo. No todo se reducía al judaism o oficial. Había movim ientos de intensa espiritualidad que vivían al margen de ese judaismo ortodoxo, farisaico, reflejado abun dan tem en te en los evangelios sinópticos. D ichos movim ientos h e te rodoxos hab ían su frido fuerte in flu jo extranjero, especialmente del Irán, núcleo de una d ifu sa espiritualidad que invade muchos ambien tes de Asia Menor, Grecia y Egipto. El movim iento religioso descubierto en Qumrán h a sido identificado, al menos en parte, con el esenismo del que nos hab lan escritores antiguos como F. Josefo, Filón, Plinio, etc. No sabemos aún la extensión que adquirió. Pero ciertamente tuvo que in flu ir mucho en la Palestina del siglo i d. C. 57. Ahora bien, este m ovim ien to religioso, cuyos escritos se h an e n contrado en las cercanías del M ar Muerto, ofrece formas de pensa m ien to y de expresión muy afines a las que presen ta el cuarto evan gelio. Se h a señalado, sobre todo, un cierto dualismo común a ambos, dualismo que hab ía sido uno de los principales motivos para colocar la composición del evangelio en el siglo segundo y en ambientes hele n ísticos, gnósticos. Los hallazgos de Qumrán h an demostrado que por ese capítu lo n ad a impide que el cuarto evangelio haya sido com puesto en ambientes palestinenses y en el siglo i de nuestra era. La explicación de los numerosos contactos literarios e ideológicos en tre la literatura joán ica y la literatura de Qumrán no es fácil. Se h an propuesto diversas hipótesis. Hoy, después de un período de autén tica fiebre qumránista, se va abriendo paso una opinión según la cual esos contactos se explicarían , no acudiendo a la hipótesis de ■ . .i. O.. J 57 . S o b re e ste m o v im ie n to religioso, n o s d a u n a b u en a visión de c o n ju n to el lib ro de J. T . M i li k , Diez años de descubrimientos en el desierto de Judá (M a d rid 1961 ) ; c fr. ta m b ié n A . O . L a m a d r id , Los descubrimientos de Qumrán, M a d r id 1956 .
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