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SANTOS DE CARREA 275 profundam ente todo el esquema de la obra. Pero esto no es una descripción totalm en te sa tisfa cto ria ... Juan encuen tra la realidad eterna totalm en te revelada e incorporada en una persona histórica que vivió, trabajó, pensó, su frió, murió y resucitó, con consecuencias actuales y directas. La fórmu la concisa de estos hechos es el Verbo se hizo carne. Por lo mismo, debemos ooncluir que, para el autor, los relatos son mucho más que mero vehículo dramático de las ideas... La revelación es distinta y claramente para e l cuarto evangelio una revelación histórica. De ahí se sigue que sea importante para el evan ­ gelista que aquello que na rra h ay a sucedido. En el modo de presentar el valor simbólico de los hechos el autor h a usado de cierta libertad. A sem ejanza de otros escritores antiguas, h a puesto en boca de sus persona jes discursos que n o sólo llevan el m archam o del propio estilo, sino tam bién el de un medio ambiente distinto del ambiente en que tuvieron lugar los acontecim ientos narrados en el libro, discursos que, por lo m ismo, no pueden ser considerados como h istóricos... Hay también buenas razones para sospechar que los relatos que forman la base de tales discursos hayan sido moldeados en razón de las ideas que inten tan ilustrar» Parecida es la posición de Barret. «Es evidente — escribe— que Juan no pretendió componer una h istoria científica. Tales obras eran en extremo raras en la antigüedad, y hemos visto que la intención de Juan era preferentem en te teológica m ás que cronológica. Además, vemos que la m anera de tratar la única fuen te que con alguna con ­ fianza se puede individuar —Marcos— es bastan te libre. No hay pues razón para pensar que a las otras fuen tes las sigue m ás servilmente. Por o tra parte, no hay suficientes argumentos para pensar que Juan haya creado la materia de sus relatos obedeciendo a fines alegóricos. Sus relatos son, por lo general, sencillos, y los detalles de los m ismos carecen de rasgos alegóricos. Esto quiere decir que el cronista puede extraer de Juan a veces (aunque m enos frecuentem ente de lo que a menudo se sospecha) material h istóricamente san o ... En Juan, n in ­ guno de los dos factores — h istoria e interpretación— pueden ser p a ­ sados por a lto ... ni separados, si se quiere tener una interpretación comprensiva del evangelio. Desde un punto de vista, Juan es una reafirmación de la historia» 4?. De una manera mucho más clara defiende la h istoricidad del cuarto evangelio E. S tau ffer. En su libro, Jesús, figura e historia, aprovecha por igual los datos sinópticos y los joán icos. Incluso, por 46 . Op. cit., p p . 444 - 445 . 47 . Op. Cit., p . 117 .

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