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232 LA UNION EUCARISTICA. pero la que parece hacer suya es: «Conmuniter quidem e t de multis d ictum » “ . O sea, lo que se puede predicar de muchos, constituye su naturaleza. Lo mismo que el de «unidad», este concepto de «naturaleza» no es el común. Cierto que la naturaleza se predica de muchos individuos, pero no todo lo que se predica de muchos individuos es su naturaleza. Nótese que, dado el concepto de unidad mendoziana, todos los que posean la misma naturaleza ya están unidos por ella. Según este concepto de naturaleza, ¿qué significa «natural»? Este adjetivo tiene un significado más amplio todavía que naturaleza, por­ que comprende todo lo que le puede acaecer a una cosa n a tu ra l26. Para el problema que le ocupa, declara como más convenientes estas tres acepciones: lo que procede de la naturaleza, lo opuesto a la acción que depende de una voluntad libre, y lo opuesto a violento -7. Un término muy poco preciso, éste que describe Mendoza. Más bien que oponerlo a sobrenatural, parece distinguirlo de lo no-natural 28. Por eso se extraña de que las cualidades que infunde la gracia en nosotros, no quieran algunos llamarlas «naturales»: «Non video cur ea quoque quae regenerationis et gratiae di­ vina volúntate naturae hominis Christo uniti accidunt, a n a - turali proprietate aliena censenda sunt, praesertim cum eius- modi qualitates post hanc vitam sint inseparabiles a substan- tia» 29. Estas cualidades, prosigue diciendo, son naturales no porque proce­ 25. P ag. 134, a. 26. «N a tu ra le am plius sig n ifica t qu am n a tu ra : ea enim , qu ae rei n atu rali, p ra eter essentiam vel n a tu ram qu am h abet, a ccid ere possunt, com p reh en d it», p. 134, a. 27. «In te r alias itaqu e istius v ocis «n a tu ra lis» accep tion es n o stro p rop osito m ax im e con v en it cum «n a tu ra le» d icitu r q u od ex n atu ra vel n a tu ra li p rin cip io tale est. Id qu od recte «n a tu ra le» appellatu r ut op p on itu r c o n tra action em quae de- p en d et a libertate volu n tatis. Item ut op p on itu r co n tra v iolen tum », p. 134, b. 28. H e aquí cóm o s e su ele e x p lica r esta d istin ció n : «N o n n a tu rel e st la c o n ­ tra d ictoire de n a tu re l; su rn atu rel en est un con tra ire. N ’est p as n atu rel tou t ce d on t le p rin cip e d ’existen ce est en d eh ors d e la n a tu re : a in si... le con tren a tu rel ou violen t, d on t le p rin cip e co n tre d it l’in clin a tion d e la n a tu re... L e libre s’op ose aussi au n a tu rel dans la v o lo n té ; le m ou vem en t n atu rel est le m ou vem en t in stin tif et in d élibéré de la volon té vers le bien in conm u n i ; le m ou vem en t lib re est com ­ m an d é p a r la ré fle x io n de l’in telligen ce et con sécu tivem en t de la v o lo n té ». M ichel, Surnaturel ; DTC 14, 2.851-2.852. P ara los con cep tos de n a tu ra l y sobren atu ral, cfr. Deneffe, Gescliichte des Wortes supematuralis : ZschrKathTheol 46 (1922 337- 360 ; Martínez, Notas sobre unas notas para la historia de la palabra sobrenatural : ArchTeolGran 1 (1938) 58-85; A lfa r o , Lo -natural y lo sobrenatural, M a d rid 1952. 29. P ág. 135, a.

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