PS_NyG_1962v009n002p0225_0260

2 5 2 LA UN ION EUCARISTICA. de nuestra muerte), los otros efectos de esta virtud cristífica quedan reducidos a las virtudes morales: «Alitur itaque corpus nostrum Christi corpore spiritualiter in vitam aeternam, ut inquit Irinaeus, dum irrationales carnis cu- piditates, ira, gula, libido ita reprimuntur et mitigantur in nobis, ut non amplius vivat lex membrorum ex lege peccati orta, ñeque in nostro mortali corpore regnet peccatum, sed lex spiritus legi Dei conformis imperium obtineat» 130. Por el «spiritualiter» que ha intercalado al principio, se pudiera creer que habla aquí solamente de la unión espiritual. Pero que se refiere a la unión natural es evidente, por lo que añade a con ­ tinuación : «Hoc enim est in Christi carnem convertí substantiaque carnis nostrae carne Christi consistere, ali, augeri, ac ad incorruptio- nem, inmortalitatem et gloriam divino illo cibo praeparari» m. A juzgar por estas líneas nuestra conversión en Cristo sería de orden moral. No son las propiedades del cuerpo de Cristo («eadem numero») las que se nos comunican, sino unas propiedades seme­ jan tes: « p rop rieta tes carnis Christi símiles ca ro riostra haurit» m. Si esto es así, del mismo cuerpo de Cristo individual, ¿qué queda en nosotros por la Comunión? No la sustancia, que desaparece al corrom­ perse las especies sacramentales, ni los accidentes, porque no son los mismos de Cristo, sino sólo semejante. Por otra parte, estas cua­ lidades accidentales no se deben considerar necesariamente como entidades físicas diversas del don o virtud cristífica. Aunque antes ha dicho que tienen «esse naturale et specificum» ™, esto se debe entender del don cristífico del que proceden: «¡ex hoc dono rursus in corpore e t em s p o ten tiis tea omn ia... derivatur dona » m. El don (en singular) es algo de orden físico y entitativo, los dones (en plural) son de orden operativo, actuaciones de ese don, como se desprende de la descripción que hace de los mismos y que acabamos de citar. Albertini, en su tesis inédita, también afirma que las .cualidades ISO. P ág. 146, c. 131. Ibid em . 132. P ág. 244, a. 133. P ág. 135, b. 134. P ág. 177, b.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz