PS_NyG_1962v009n002p0225_0260

2 4 6 LA UNION EUCARISTICA. en una unidad natural, sustancial y corporal entre Cristo y el comul­ gante, motivada por una conversión de nuestras cualidades acciden­ tales. No sólo es unidad de alma o voluntades, como conceden todos, si­ no también de cuerpos: el de Cristo, espiritual, y el nuestro, cuanto y extenso 102. La unión se realiza principalmente con nuestra alma, y de ella se deriva secundariamente a nuestro cuerpo, en el que produce cuali­ dades cristiformes por las que se puede decir con verdad que el hom ­ bre permanece unido a Cristo y convertido en El. Esta conversión se opera de modo opuesto a la transustanciación eucarística: en ésta, se muda la sustancia de pan y vino, quedando sólo los accidentes; en la conversión nuestra, se mudan los accidentes y permanece única­ mente la sustancia 103. NATURALEZA DE LA UNION Aún no hemos hablado del medio de unión. Es un detalle que requiere atención especial, por ser el elemento básico para conocer la naturaleza de la unión y porque Mendoza se muestra muy indeciso hablando de él. Después de haber dejado bien asentados los extremos de la unión, es necesario considerar despacio y detenidamente el nexo unitivo. Entre Cristo y el hombre, Mendoza no parece reconocer más que dos uniones: la espiritual y la natural-corporal-sustancial. De estas dos uniones, la natural nos la presenta simplemente como la diversa de la espiritual. A través de sus cinco libros va dejando caer particula­ ridades importantes, pero siempre se mantiene en esta división bipar­ tita : rechazando la unión espiritual, deduce ya la unión corporal. Simplificación excesiva para un problema tan complejo. Porque aún conviniendo en la determinación de los extremos que se han de unir, éstos pueden hacerlo por si mismos, sustancial o accidental­ mente, y también unirse mediante algo diverso «tertium quid». La 102. «N a tu ra lis u n io p er carn em O hristi sp iritu a l! m od o se h a b en tem cum ea rn s n ostra qu an ta et e x ten sa ,..», p. 229, b. 10S. «A n im ad v erten d um est qu od dum m ens in D eum tra n sform atu r, ipsa m en tis su bstantia quae est an im a n o n m u tata p erm an et, a ccid en tia v ero n ov a su ccedunt, n o n carn alia sed d eiform ia. D iversus om n in o itaqu e est m odu s in h a c n ostra in C h ristum tra n sform a tion e ab eo qui est in co n se cra tio n e E ucharistiae. N am h ie pan is tran su bstan tiatu r in corp u s D om in i, rem a n en tibu s accid en tib u s...», p. 204, a.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz