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226 LA UN ION EUCARISTICA. Aparte de otros traba jos2, dejó inéditos cinco libros, que componen su obra teológica: De vera e t naturali quadam cum Christo unitate, quam per dignam Eucharistiae su scep tionem fideles consequuntur. Fueron escritos con el fin de justificar su sentencia sobre la n a ­ turaleza de la unión eucarística, sentencia que a algunos teólogos pa­ recía poco conforme con la doctrina católica 3. En el primer libro reúne todos los argumentos en que basa su aserto. Va probando por la Sagrada Escritura (capítulos 3, 4, 5, 6 y 7), Santos Padres (cap. 8), razón teológica positiva (cap. 9) y negativa: inconve­ nientes que se siguen rechazando la unión natural (capítulos 10, 11, 12 y 13). El segundo libro está reservado a las dificultades. Enumera las objeciones en los primeros capítulos, y en los siguientes las resuelve una a una. Unicamente intercala a mitad del libro dos capítulos más bien teóricos: el 16 (modos de concebir «unidad» y «uno») y el 17 (sig­ nificación de las voces «natural» y «naturaleza»). En el tercer libro explana la naturaleza de la unión eucarística. Es el menos metódico. Describe tanto la unión natural como la es­ piritual varias veces (véanse los títulos de los capítulos 3, 6, 7, 14 y 21 que expresamente dicen: «amplius declaratur», «accuratlor decla- ratio», etc.). Vuelve a insistir en la recta interpretación de los Santos Padres, en la solución de algunas objeciones, en la aclaración de par­ ticularidades... Esta explanación la completa en el libro cuarto, hablando de los frutos o efectos de dicha unión. Los expone en el capitulo 2. Al primer fruto, unión con el Padre y el Espíritu Santo, dedica los capítulos 3, 4, 5 y 6, incluyendo la doctrina del Cuerpo Místico. Desde el capítulo 7 trata sucesivamente de los otros efectos: unión con Cristo, per­ fección del Bautismo, unión entre los fieles, sacrificio completo, dig­ nidad de nuestra naturaleza, remedio del pecado de Adán y santifica­ ción de todo el hombre, victoria contra el demonio, unión más íntima que por la sola Encarnación, la inmortalidad. Para este último efecto juzgó oportuno dedicar exclusivamente otro libro, el quinto, que terminó el mismo año de su muerte. Expone en qué consiste este efecto eucarístico y lo demuestra con algunas ra­ zones (cap. 2), con la Sagrada Escritura (cap. 3), Santos Padres (cap. 2. M en d oza e s c r ib ió : In Isaiam prophetam glossa, T o le d o 1546, obra e x e g é tic a ; otra de ca rá cter h istórico, qu e tu v o va ria s e d ic io n e s : Tizón de la nobleza española, G ib ra lta r 1697, T a la vera de la R ein a 1727, A ran ju ez, 1737, M a d rid 1845, e tc... Se con serva algú n serm ón y varias cartas, c f. J. Blazquez, Teólogos españoles del siglo X V I : RevEspTeol 4 (1944) 266-269. 3. C f. Vázquez, Commentarii et Disputationes in III Th., disp. 204, c. 1, n. 1.