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238 LA UNION EUCARISTICA. LA UNION CON CRISTO Ante todo, interesa ver cómo plantea el problema. Pudiéramos dar­ nos por satisfechos con resumir la idea del Cardenal y repetir su pregunta escuetamente: ¿Además de la unión espiritual, por la Euca­ ristía nos unimos a Cristo con unión corporal? a. Estas son, efectivamente, poco más o menos, sus palabras, pero tal vez ni el mismo Mendoza vislumbró toda la complejidad de la cuestión. Porque no se trata sólo de establecer las relaciones dentro del mismo hombre, entre cuerpo y espíritu, ya de por sí misteriosas, sino además entre espíritus y cuerpos diversos, y cómo pueden fusio­ narse y alcanzar la mayor unión posible, conservando cada uno su propia personalidad y sustancia. Con esto entran en juego los con­ ceptos de sustancia y accidente, gracia y naturaleza, cuerpo y espí­ ritu..., Pero estos conceptos, tan imprecisos como los usa Mendoza, no contribuyen grandemente a esclarecer el problema. Por ello vamos a tratar de establecer con la mayor exactitud po­ sible su doctrina, teniendo en cuenta las modalidades de su léxico. Para una más fácil comprensión, se reúnen primero las diversas cla­ ses de uniones que él rechaza, exponiendo a continuación la que de­ fiende. Parte Mendoza de un punto admitido por todos los católicos: entre el comulgante y Cristo existe, al menos, unión de fe y amor. Sin fe no puede haber amor, y sin amor no es posible la unión con Dios que es caridad M. Ahora bien, sobre esta unión espiritual de fe y caridad, ¿puede y debe admitirse una mayor unión? M. Se trata, claro está, de unión mayor específicamente, no sólo intensiva y gradual. Su respuesta es afirmativa. Y a el título de sus libros lo dice: «De naturali cum Christo un ita te». Defiende, pues, una unión natural entre Cristo y el comulgante. Pero el hombre consta de cuerpo y alma, y Cristo es a la vez Dios 52. «A n revera con iu n gam u r e t un iam u r vero a c su bstan tial! C hristi co rp o ri p er S a cram en tum E u ch a ristiae d ign e sum ptum aliqua n a tu ra li et su bstantiali u n ion e qu ae diversa sit ab u n io n e e t in corp ora tion e spirituali, qu ae fid e e t d ilection e sit et sp iritu aliter ta n tum u n it e t in co rp o râ t», p. 21 , b. 53. 1 Jn. 4, 16. 54. «A n p ra eter sp iritu a lem ...», p. 21, b. «N on solum fid e et d ilection e», «n o n solum sp iritu a liter», p p . 33, b ; 34, a ; 69, c ; 70, b ; 101, a ; 114, b ; 148, c ; 161, a ; 165, b ; 170, b ; 172, b ; 175, b ; 202, a ; 324, e tc...

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