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1 5 3 CRONICA DEL CONGRESO INTERNACIONAL. San Pablo para que no haya cismas; los peligros de entonces son los mismos que minan hoy la unidad de la Iglesia; por eso los remedios siguen siendo también idénticos. El día 28 por la tarde, en lugar de las conferencias, hay una re­ cepción en la Universidad Gregoriana para todos aquellos que han tomado parte activa en el Congreso con conferencias o comunicaciones. En la tarde del dia siguiente se tienen, en el Aula Magna de la Cancillería Apostólica las dos últimas conferencias públicas o gene­ rales de todo el Congreso. La primera a cargo de K. M. G r o s s o u w , Profesor de la Universidad Católica de Nimega (Holanda), sobre el tem a : «i Einheit und Entw icklung des paulinischen D enkens im Corpus Paulinum». El pensamiento del Apóstol se contiene en los documentos que abarcan unos 15 años. El núcleo central y lo que da unidad a este pensamiento multiforme es la revelación inicial, «fundacional» de Damasco, es decir, la fe en el Señor resucitado, Salvador de todos. Esta fe fundamental se va desarrollando y explicando mediante la reflexión teológica contrastada e impulsada por las experiencias del ministerio apostólico, sobre todo las controversias con el Judaismo, con el Helenismo corintíaco, con la Gnosis primitiva. L a segunda y última conferencia la dicta el P. Estanislao L y o n - n e t , S. J., Profesor del Pontificio Instituto Bíblico de Roma, desarro­ llando una idea primordial y muy actual de la teología paulina: «G ratuité de la justifica tion e t gratu ité du salut selon saint Paul: le prdbléme de la fo i e t des oeuvres». Con palabra competente y clara, desarrolla este tema espinoso, poniendo de relieve cómo las dos po­ siciones, católica y protestante, tan adversas en otro tiempo, hoy, guiadas ambas de una mutua comprensión, aparecen mucho más pró­ ximas una de otra. El día 30 de septiembre en la residencia de Castelgandolfo, los Congresistas, uniendo su voz a las de unos diez mil peregrinos allí congregados, aclaman al Santo Padre Juan X X III. Muchos le veían por primera vez. El Papa, con motivo de la festividad de San Jerónimo, exhortó paternalmente a todos a la lectura y estudio de las Sagradas Escrituras. Los Congresistas tienen luego una comida en común en las orillas apacibles del lago Albano, y por la tarde visitan los lugares del Forum Appii y Tres Tabernae, terminando junto al Sepulcro de San Pablo donde el Cardenal Tisserant oficia una misa vespertina. El Congreso estuvo ciertamente concurrido. Las comunicaciones presentadas, en su mayoría originales y bien trabajadas, dieron una gran altura científica al Congreso. Aunque también debe lamentarse la pobre impresión causada por otros trabajos, y no de los bisoños en el oficio, poco elaborados. En la exégesis, lo mismo que en cualquier