PS_NyG_1962v009n001p0099_0133

MODESTO DE SANZOLES 101 Tempranam en te tiene que trasladarse a Madrid — por otra parte, un ensueño de su n iñez— donde en un colegio de la Institución Libre de Enseñanza — otro espacio que también dejará huella pro funda en su a lm a— adquiere sus primeros conocim ientos científicos-literarios. Huyendo, una huida sem iimpuesta, de unos tempranos y peligrosos amoríos, se traslada de nuevo a Sevilla y en su Universidad adquiere el títu lo de Licenciado en Filosofía y Letras. Vuelve luego a Madrid, pero por dificu ltades económ icas fam iliares — y también, digámoslo, acuciado a ello con vehemencia por un fuente impulso boh em io -lite­ rario— va a París donde pasa dos años. O tra circunstancia que acci­ dentará notablemente su «yo». El m ismo dirá en su autorretrato poé­ tico «medio gitano y medio parisién, con M ontmartre y con la M a ­ carena comulgo». En París se pone en contacto con las corrientes li­ terarias m ás en boga, Simbolismo, Parnasianismo, Modernismo, y traba am istad con algunos de sus m ás eximios represen tan tes: Moréas, Laurent Taillade, Rubén Darío. Su alma quizás ha en fermado un poco m ás en la V illa del Sena, pero su espíritu poético ha madurado y fru ­ to de aquella estancia se trae escrito su primer libro de versos, ALMA , que verá la luz en Madrid en los albores del siglo, 1900. El éxito de ALMA es enorme. No sólo es su primer gran triun fo literario para el autor, sino que, es, además, el primer paso en firme del Modernismo, en lo que éste iba a tener de aceptable, en España. «Los modernistas, escribe M . Pérez Ferrero, están orgullosos de lo que supone la publica­ ción (de ALMA ) 8 ...A LM A circula de m ano en mano. Los versos de ALMA se aprenden de m em oria y se hacen expresión de un m ov i­ m ien to poético nuevo. Y Manuel Machado cruza los cenáculos como el elegido de las esquivas musas» Su nueva vida en la V illa del Oso y del Madroño se hace más bohe­ m ia y un tan to m ás desgarrada, sin llegar al escándalo. En tan to su musa, aunque con la pereza lángu ida de su indeclinable andalucis­ mo, sigue inspirándole nuevos poemas. Sucesivamente van aparecien ­ do en los escaparates de libros de Madrid CAPR ICHOS (1905), LA F IESTA NACIONAL (1906), MUSEO y CANTARES (1907), EL MAL POEMA (1909). Nuevos amoríos le hacen huir de nuevo cautamente de Madrid. Por fin su corazón y su alm a se afincan defin itivamente asunto, nos inclinamos a quedarnos con nuestra modesta opinión. D a m a s o A l o n s o , Poetas Españoles contemporáneos, pp. 89-98. 3. No sólo es acusada y elogiada su presencia por los modernistas. Miguel de Unamuno, ya famoso y nada contagiado del modernismo, le dedica un articulo cálidamente elogioso que figurará como magnifico prólogo en ediciones posteriores. 4. M i g u e l P je r e z P e r r e r o , Vida de Antonio Machado y Manuel. Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1952, p. 65.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz