PS_NyG_1961v008n002p0223_0242
VALENTIN DE SOTO 229 No se puede negax que los determ inantes internos y externos al hombre son num erosos: presión social, pasiones, impulsos del incon s ciente, educación ... Con todo, a un hombre normal le queda aún su ficiente libertad de acción para ir modelando, a pesar de todo, su personalidad humana y libre. No hay por qué quitar su m érito al m a rinero que, firme el pulso, con trola el timón de su balandro, por el h ech o de que tenga que luchar denodadamente con tra corriente y marejada. En todo caso libertad suficiente no quieré decir libertad perfecta, decisión carente de todo obstáculo e interferencia, y si a veces re sulta d ifícil apreciar la responsablidad en casos concretos, hay que tener en cuen ta que tal vez la última decisión esté en el eslabón de una serie de actos o determ inacones previas, que en un princip io fu e ron totalm ente libres estando b a jo el dom inio de nuestro esfuerzo. Nuestra responsabilidad en este sentido puede llegar m ucho más allá de lo que a primera vista parece. Y cabe afirmar que el esfuerzo hu m ano debe extenderse hasta lo que pudiéramos llamar liberación de la libertad, neutralizando desde un princip io, o más bien dom esti cando, los distintas impulsos en bien de toda la persona. El examen existencia! de la libertad, dice Regnier, nos h a de llevar a «subrayar una última form a de la cu lpabilidad radical por om isión : el n o e je r citarse progresivamente en el dom in io de las tendencias, de pequeños actos, cuya im portancia inm ediata es m ínima, pero que son esencia les en la creación de la libertad espiritual por el dom in io de los ins tintos» 6. Moralidad subjetiva De todas formas más que la rép lica a las ob jeciones adversas in teresa sobre todo nuestra reacción positiva, constructiva, a los p ro blemas p lanteados por el adversario. En este sentido las conclusiones de la psicología pueden enseñarnos mucho. Y es que quizás peque la presentación de nuestra moral de excesivo «objetivism o». Los m a nuales casuistas, incluso los m ejores, investigan sobre todo el lado ob jetivo de la moralidad cristiana : la ley, la con ciencia , los preceptos y proh ibiciones objetivas del decálogo. En este sentido ilustran con a cierto los principios abstractas del orden moral, muestran sus in ter ferencias y elisiones mutuas, en el com p lejo de las circunstancias, lle gando a una pe rfección en el análisis difícilm ente superable. Con to 6 . R egnier , Le sens du peché. Paris, 1953, 65.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz