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218 LA CONFIRMACION, SACRAMENTO DEL ESPIRITU encuadrarse la catcquesis de la con firm a ción en la econom ía general de salvación, especialm ente en la fun ción que desempeña el Espíritu Santo en esta econom ía. El Espíritu es la plenitud, la floración de la V ida divina. El desciende plenamente sobre Cristo para ungirle por Mesías. Luego viene sobre los Apóstoles y la Iglesia en Pentecostés. Ahora, en la con firm a ción , va a ser recibido por cada uno de los cris­ tianos. Dentro de cada cristiano causa efectos del todo similares a los que causó en la Iglesia del Cenácu lo: robustez para profesar la fe, para ser testigos, para propagarla. Así en cada cristiano. Algunas ind icaciones sobre el sign ificado del carácter con firm a l son también imprescindibles. Sobre todo su eficacia en orden a con figurarnos más intensamente a Cristo sacerdote, rey y profeta. c) La Liturgia del sacramento de la con firm a ción también debe ser ob jeto de la catequesis. Para sensibilizar y dramatizar un p oco las ideas abstractas de la teología con firm a l será muy pedagógico ligar la exp licación doctrinal a los ritos fundamentales de la adm inistra­ ción del sacram en to: imposición de m anos; simbolismo del aceite y del bálsam o; sign ificado de las unciones y otras ceremonias. d) Preparación espiritual. — Pastoralmente lo más recomendable es que la con firm a ción se administre por grupos y en form a com un i­ taria. En tal caso la Parroquia entera debe participar en la promoción de los nuevos ’’soldados de Cristo”, que son incorporados a la Iglesia en una form a todavía más completa, para consagrarse al bien público de la misma, en form a más explícita. Podría hacerse esta oración pública a estilo de las preces que León X III ha mandado h acer por Pentecostés. La comun idad parroquial recordaría a los discípulos del Cenáculo recogidos en oración con María, implorando la venida del Espíritu sobre la Comunidad o Iglesia local y universal. También sería oportuna una vigilia bíblica-litúrgica que tuviese por el tema el Espí­ ritu Santo com o Don de Pentecostés y de la con firm ación . e) Celebración digna de la ceremonia. — Los desórdenes y la fa lta de seriedad religiosa que acompañan a la celebración de la con firm a ­ ción son famosas en muchos ambientes y, al parecer, desde hace si­ glos. La con cen tra ción de gran número de muchachos, con sus p a ­ drinos y fam iliares en nada favorece la celebración digna de la cere­ monia. Para evitar estas concen traciones masivas, no hay otra solución que la frecuente adm inistración del sacramento. Adm inistrada la con firm ación con frecuencia, en grupos n o excesivamente numerosos, la ceremon ia podría ser bien organizada y transcurrir con orden y gravedad religiosa.

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