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214 LA CONFIRMACION, SACRAMENTO DEL ESPIRITU el h ech o de que El es el Revelador del Padre y de sus designios de salvación sobre los hombres. Mediante su palabra, con su acción y con su ser m ismo, es Jesús el supremo Revelador y Revelación de Dios, y por ello el supremo de los profetas que nos descubren los designios m isteriosos de D ios en la Historia de salud. Toda la actividad «profètica» de Jesús com o predicador e m staura- dor del R eino de Dios, aparece en El impulsada y dirigida por el Es­ píritu de Dios, por el Espíritu Santo que llenó a los profetas v ie jo - testamentarios 3‘J. Finalmente, Jesús dio testimon io de la verdad con su muerte. La muerte, com o lo fue para los profetas, es para Jesús parte integrante de su m isión profètica. Lo m ismo que su acción sacerdotal y regia culm ina en la cruz y resurrección, también la fun ción p ro fè tica ; ya que en la muerte y resurrección es Jesús el Testigo Fiel, acreditado por Dios. c) El Espíritu de Pentecostés constituye a los Doce en profetas del N. T. (apóstoles ). — La plenitud de la m isión p ro fè tica que se en ­ contraba en Cristo, se com un icó a los Doce y a la Iglesia en el d ía de Pentecostés, al descender el Espíritu del Padre. Ya había d icho Jesús que, así com o El daba testimon io del Padre, predicando su verdad, fundando el Reino de Dios ba jo el impulso del Espíritu, así el Espíritu vendría para dar testimonio de Cristo y de su verdad “ . Este testimon io sobre Cristo lo dio el Espíritu Santo llenando de fortaleza a los Doce, a fin de que testificasen la resurrección de Jesús con todo el sentido divino y salvifico que ella encierra com o cu lm ina ­ ción de la H istoria de salud. Por e fe cto de la venida del Espíritu en Pentecostés, aparece Este dirigiendo toda la actividad de los Doce. Por su impulso dan testimon io de la resurrección de Jesús. El les ilu ­ mina en las decisiones referentes a la fe y costumbres. Les da fo rta ­ leza para con fesar el nombre de Jesús hasta la muerte Los Doce son los «profetas» por excelencia del N. T. Como tales son reveladores del plan divino de salvación. Así lo h ace Pedro, Es­ teban, Pab lo; partiendo siempre de la revelación suprema del N. T .: el sentido sa lvifico de la resurrección de Jesús tó. También su misión de «testigos - mártires» gira en torno a la resurrección de Jesús, en 93. Hemos citado los textos más arriba, pp. 189-192. 40. Jn. 14, 17; 14, 26; 16, 13; Act. 1, 8. 41. Act. 2, 14-47; 3, 12-26; 4, 31; 4, 8; 5, 3ss.; 6, 1-7; 8,15-20 y 29;10, 44ss.; 15. 28. 42. Act. 1,21-22; 2, 14-36; 3, 14-15; 4, 10-11, 33; 5, 29-32; 13, 27-40; 17, 31.

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