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ALEJANDRODE VILLALMONTE 209 film a c ió n : a) que todo carácter implica una participación en el sacer docio de Cristo, m ejor aún, en su dignidad mesiánica, en grados y para fines inm ediatos diversos; b) que la con firm a ción es «com p le m ento» del bautismo», según repite continuam ente la tradición te o lógica. Por consiguiente, también la función sacerdotal, com o todo otro efecto del bautismo, es perfeccionada p or la confirmación. La naturaleza íntima de este «complem ento o plenitud» que la c on firm ación aporta al sacerdocio bautismal, no está claramente deter m inada en la teología. San to Tomás dice que la con firmación da mayor poder para e je r cer ciertas acciones sagradas, pero n o dice cuales Es d ifícil ver cu a les sean en concreto. Unicamente si se quiere ver una m ayor dispo sición para recibir el sacram ento del orden, ya que la Iglesia, para licitud del mismo, exige la recepción previa de la con firmación . Queda todavía el recurso general de decir que la con firm a ción ayuda especialmente para poner los actos propios del sacerdocio bau tismal cuando estos tienen el ca rá cter de con fesión pública de la fe, o proclam ación del Reino de Dios. Y también cuando tales actos re sultan especialmente difíciles y exigen intrepidez de corazón. 3. La confirmación perfecciona la participación en la dignidad regia de Cristo. a) Sentido de esta dignidad regia. —La dignidad regia que le pue de competir a un cristiano hay que entenderla por analogía con la d ig nidad regia que a Cristo que le com pete com o a Ungido del Señor. La dignidad regia del cristiano se manifiesta en la medida en que logra el dom in io religioso, espiritual sobre las fuerzas del mal y aun sobre las mismas realidades materiales, en cuanto ellas pueden ser ayuda o estorbo para el bien. Por su dignidad regia el cristiano colabora al establecim iento del R eino de Dios en el mundo, entre los hombres y aun sobre la creación material. Por eso el e jercicio de la dignidad re gia del cristiano está en relación con su colaboración en la obra re dentora de Cristo. Cristo libera al hombre (y al cosmos) de los p ode res del mal y los conquista para el Padre. El cristian o-rey colabora en esta obra de conquista y triun fo sobre los poderes del mal. F inalm en te, en tra dentro de esta dignidad regia el poder juzgar al mundo y recibir honores regios al lado de Cristo, en su triun fo escatológico, cuando entregue el poder al Padre (I Cor., 15, 24-28) y un coro de 32. Cír. ibid, q. 72, art. 5, resp.
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