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MIGUEL DE PESQUERA 163 Más todav ía ; nosotros somos cristianos. Aspiramos a cristianizar las estructuras del mundo o si es preciso a crear nuevas estructuras. ¿Qué econom ía es más adecuada para vivir cristianamente? ¿Sirven las actuales o pasadas, son todas igualmente inadecuadas, hay que crear nuevas estructuras económ icas?... He aquí toda una proble­ m á tica digna de estudio. Porque hay fuertes dificultades. Aunque no esté condenado por la Iglesia, el engranaje económ ico occidental —neoliberalismo— , salva difícilm ente determ inados y fundamentales derechos del hombre. El socialismo, —insisto en que no tratamos aquí del socialismo condenado por León X i n , sino del actual socialismo eu ropeo-occidental—*, no parece solucione m ejor las cosas. ¿Entonces? El Prof. Alberdi se inclina claramente por un cierto socialismo. B ien ; es arriesgado el problema. Pero con sistemas p lan ificados y socializantes hasta cierto punto, con un neoliberalismo fuertemente intervenido, com o sea, las actuales formas económ icas deben ser re ­ formadas. Porque hay un dato innegab le: en los regímenes e con ó ­ m icos actuales se salvan muy d ifícilm ente decisivos valores humanos que todo*hom bre tiene derecho a poseer y gozar. R a im u n d o B idagor , Problemas jurídicos de la accióji social del sacer­ dote. A n g e l T orres , Organización administrativa, profesional y ju ­ risdicción del Trabajo. El P. Bidagor, una de las máximas personalidades que en m a te­ ria de Derecho Canónico posee actualmente la Iglesia, expuso diversas cuestiones, sobre todo en torno al tema de la «persona m oral», desde el punto de vista jurídico. Las clases del eminente profesor de la Gregoriana fueron típicas de un hombre que vive entre cánones: sobrias, claras, exactas, sin ninguna concesión a cuestiones m argi­ nales al tema, frías, medidas hasta el detalle. Porque n o revistieron novedad particu lar —¡fueron eso : la exposición magistral de una doctrina común en la Iglesia— , me lim ito a dar, en esquemas tele­ gráficos, el conten ido de las lecciones del P. Raimundo B idagor: «Importancia de la persona m oral; requisitos para gozar de ella. Per­ sonalidad moral en el Código Canónico y en los Códigos Civiles. Para reconocer la personalidad moral debe intervenir un legislador ecle­ siástico o civ il; aparte de las reconocidas p or derecho natural. F i­ nalidad de las personas morales en la Iglesia. ¿Cómo actúa el le ­ gislador eclesiástico para conceder título de persona moral, p rin ci­ palmente en patrim on ios? El derecho de la Iglesia a la enseñanza, con la ju stifica ción ju ríd ica de la m isa», e tc... Estos, y otros temas similares, fueron expuestos por el P. B idagor en sus sobrias clases de p e rfe cto canonista. En la misma línea juríd ica, D. Angel Torres