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158 XXII CURSO DE LA ESCUELA SOCIAL.. siones que son más dignas. Los valores económicos, dicen los nobles dominadores de la segunda m itad de la Edad Media, no son los su ­ premos valores. Y ésto cala en el ambiente. Si aquellos hombres del medievo no sucumbieron a la supervaloración de la econom ía, — en lo que se cayó m ás tarde— , a la nobleza se lo deben, — a sus ideales— , en una gran parte. 3) Las Profesiones. — En un tercer lugar, las profesiones también tutelaron el desarrollo económico de la Edad Media. No fue esta in ­ fluencia tan decisiva como la ejercida por la Iglesia o por la Nobleza, pero sí que existió. Las profesiones de un ramo determ inado de la producción o del comercio fueron agrupándose para salvaguardar m e jo r sus derechos. Aparecieron así los clásicos gremios de tan ta importancia no sólo entonces, sino también en los siglos siguientes. Las profesiones, los gremios, se unieron para salvarse a sí mimos, individualmente considerados, pero también, — y ésto es fundam en ­ tal— , para salvar a la comunidad, de los posibles y previsibles o reales abusos. Por otra parte, las profesiones procuraron cultivar importantes valores comerciales: velar por la calidad de la m e rcan ­ cía, aconsejar lealtad en el comercio, trabajar por fija r un justo precio, subrayar m ás que el propio medro, el bienestar de la ciudad o comunidad, permitir el ascenso de todos a todos los puestos... Y si es verdad que alguno de esos puntos — ta l el hacer posible el acceso de cualquiera a la «maestría»— ■, en la práctica no siempre se observó, al menos como ideal persistió todo a lo largo de la Edad Media. Las profesiones, con su in fluencia en la economía, hicieron adelantar a ésta en muchos aspectos, y valoraron determ inados pun ­ tos, que si no son muy rentables económ icamente son, — lo que es m ás importante— , profundam ente humanos. B) Economía emancipada. — Con el comienzo de la Edad M o ­ derna, esas tres influencias reseñadas, pierden importancia. La Ig le ­ sia cae en uno de los períodos m á s tristes de su h istoria y la Nobleza renuncia en parte a sus ideales caballerescos para convertirse en un estamento m ás, sin función y sin metas especiales. Las profesiones se enquistan, y encierran dentro de sí m ismas. En resum en : las tres entidades que venían influyendo en ella, m a l pueden llevar las rien ­ das de la econom ía, cuando apenas tienen fuerza para subsistir ellas mismas. Por otra parte, un con jun to de circunstancias favorecen a la eco­ nom ía y la lanzan por nuevos rumbos. Todas esas circunstancias que lanzan ostensiblemente a la economía por nuevos derroteros, las vamos a reducir a tres: 1) Transformación de las técnicas. — Las técnicas se tran sfo r­ m a n ; no se da una transformación tan acentuada y decisiva como

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