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1 4 6 C R O N IC A DEL I I I C O N G R E SO DE E S P IR IT U A L ID A D m ás tangible, reinando desde el trono de la cruz. Con el gótico, el aspecto hum ano y doliente de Cristo resalta poderosamente, com en ­ zando un proceso de humanización que continúa con el Renacim iento, que da preferencia a la form a sobre el con ten ido... El arte, al m is­ m o tiempo que expresión de espiritualidad, influye también en la fo r­ mación de la m ism a espiritualidad, y de ahí su interés como fuente de Teología Espiritual. D. Enrique F re ijo Balsebre, de la Universidad Pon tificia de S a la ­ m anca, trató el tem a de ’Sicología racional y experimental. Siquia­ tría”. Dio unos breves apuntes sobre las teorías recientes del sico­ análisis, siquiatría, antropología existencial, e t c ..., con la nueva luz que proyectan sobre la Teología Espiritual. A firm a que son fuentes accesorias pero importantes, puesto que la gracia no destruye la n a ­ turaleza. Expuso las relaciones entre perfección de la personalidad y la perfección espiritual, la vocación sobrenatural y cualidades n a ­ turales, virtudes y pseudo-virtudes, dirección espiritual y sicoterapia, simbolismo religioso y dinam ismo inconscien te... Subrayó que entre los dos planos, natural y sobrenatural, no existe antagon ismo sino paralelismo, y que el conocim iento de los sicólogos traerá grandes ven ta jas para la formación de una ciencia de la espiritualidad. El coloquio que se siguió fue interesantísimo, tocándose muchos puntos relacionados con el tema. El problema de ”La experiencia propia y ajena”, con relación a la Teología Espiritual, le correspondió desarrollarlo al P. B a silio de San Pablo, C. P., que abordó la cuestión sin rodeos y con claridad. Para él, la experiencia sobrenatural no es algo exclusivo de la M ís­ tica, sino que se da en toda vida espiritual, lo m ismo que la pasividad y la actuación de los dones, que siempre obran al modo sobrehumano. Explicó la experiencia sobrenatural de las virtudes y la de los dones, reconociendo que éstos operan m á s en el orden afectivo que en el intelectual. Indicó algunas propiedades de esta experiencia sobrena­ tural, como el ser mediata, indirecta y oscura. Hizo después algunas aplicaciones a la experiencia a jen a y dedicó la ú ltima parte a valorar la experiencia, con un valor secundario, subordinado a las Fuentes de la Revelación y a la Teología, afirm ando que n o es el éxtasis sino la Teología la que verdaderamente debe fundar una ciencia sólida de e s­ piritualidad. No obstante, la experiencia siempre ilustra y debe con ­ firmar la doctrina teológica. Completando el tem a del P. Basilio, y coincidiendo sustancial­ mente con él, el P. A le jand ro de V illa lm o n te , O. F. M . Cap., h izo un buen estudio sobre el papel que ”la razón” desempeña en la Teología Espiritual. Comenzó analizando las afirmaciones del Concilio Vaticano acerca de las posibilidades de la razón ilum inada por la fe, y pasó

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