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I N F O R M A C I O N Y O R I E N T A C I O N E S D IOS , EL HOM BR E Y L A G R A C IA ( G l o s a s m a r g in a le s a “ E l p o b r e d e A s í s » , d e N i k o K a z a n t z a k is ) PRECISIONES «El pobre de Asís» no es una h istoria de hechos, dichos y m ila ­ gros. Esta literatura de corte objetivo abunda en las bibliotecas fran ­ ciscanas desde Celano. Niko Kazan tzakis presenta en su novela una visión de la vida religiosa, con su urdimbre com p leja de viaje, disci­ plina, contemplación y santidad. Quien sepa adentrarse en el tran s­ fondo, verá, a través del símbolo, la sustancia perdurable del espíritu franciscano con su floración hum an ista y estética. Francisco ha sido sometido a un análisis, que no puede ocultar el motivo amoroso que lo hace posible, en la pluma de Kazantzakis. El novelista griego acude a la novela porque es el género menos distante de la vida. Quiere darnos el corazón caliente de San F ran ­ cisco, reviviendo su proceso religioso con crudeza y con veracidad. Conviene recordar que el tipo aparentemente más novelesco dentro del franciscanismo — Las Florecillas— está en el extremo opuesto de la obra de Kazantzakis. Las Florecillas son ingénuas, simples, un poco rencorosas. Nacieron como canto de una form a de vida y con una dimensión clara de apología. Se advierte a flor de piel cierto a fán polemista. «El pobre de Asís» de Kazan tzakis es la historia viva del hombre. Concretamente, la in tra -h istoria del hombre que se encuentra con Dios. El símbolo trenza los capítulos primiciales y Dios — en una paradoja alucinante de amor y ausencias, dolor y fe ­ licidad, peregrinación y patria— bendice entre sus brazos la última jornada del camino. Kazantzakis revisa el proceso religioso del « con­ verso », con su inmensa grandeza y su martirio diario. Se sirve para su intento de la figura de San Francisco, cuyo boceto humano queda definitivamente logrado. No así su perfil espiritual. Es difícil captar los sentim ientos con tan ta fidelidad, crudeza y dramatismo como lo h a hecho Niko. En