PS_NyG_1961v008n001p0073_0110

JO A Q U IN DE E N C IN A S 109 su ejemplo. La segunda finalidad es descargar la culpabilidad en los fallos o en los inconvenientes de la realización del plan en otras personas. Entonces se delata a los presumibles culpables y se desvía la atención política hacia los saboteadores del régimen. Con ello queda determinado el carácter de la publicidad econó­ m ica : llam ar a la acción, sugerir y afirmar. Nadie podrá constatar por medio de la publicidad, la veracidad de los hechos. Lo im portan ­ te es perseguir los fines políticos y los números de las estadísticas son un medio para alentar o para descargar el resentim iento con ­ tra la mentalidad reaccionaria. La publicidad se mueve en torno al plan en su significado político y económico “ . De hecho históricamente se advierte en los países comunistas una especie de timidez en la publicación de datos de producción o de cuestiones económicas. Se entiende una publicación calificada de la contabilidad. Existen cifras globales e imaginarios porcen tajes para los fines propagandísticos, pero simu ltáneamente se ordena rigurosa­ mente la man tención del secreto sobre datos concretos de producción en las empresas «populares». Otro tan to ocurre con la publicidad de los bancos. En el sistema económ ico de la libre concurrencia, la pu ­ blicidad bancaria tiene la finalidad de informar a los clientes sobre la situación económ ica de los bancos. Los bancos están, en cierto sentido, bajo el control de los interesados. En el sistema bancario de los pa í­ ses comunistas son los bancos los que controlan a los clientes y no viceversa. Por consiguiente, la información bancaria pierde su sig ­ n ificado. Conclusión : El estudio de estas dos formas contrapuestas de la sociedad — la sociedad democrática y la sociedad marxista— pone de man ifiesto que los grupos sociales y los medios de información tienen una ín tim a relación con el con jun to social y económico. Cada tipo de sociedad determ ina el juego de los diversos grupos y el sig­ n ificado de los medios de información. Solamente en la sociedad democrática puede hablarse de grupos sociales: En la sociedad marxista los grupos pierden, en teoría, toda autonom ía y se convierten en instrumentos del poder central del E s­ tado. Cierto que en la práctica existen sus excepciones en ambos tipos de sociedad. En la sociedad democrática existen grupos de ca ­ rácter monopolista que term inan por anular la personalidad de a l­ gunas agrupaciones menores. En la sociedad marxista no se ha llega - 41, Agitation und Propaganda..., pp. 142 ss. H. P astu szek , o. c., pp. 57 ss., 146 ss.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz