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JO A Q U IN DE E N C IN A S 107 utiliza el arte como forma más viva e impresionante para apoyar la función agitadora y propagandística de los medios ordinarios de información. El realismo socialista expresa la fiel interpretación m a r - xista de la evolución histórica y debe ajustarse a ley de la evolu­ ción social como lucha de clases. La tarea del artista es acelerar el proceso de esta lucha, combatir las fuerzas de resistencia y prepa­ rar la sociedad futura. La visión fu turista y utópica de la socie­ dad es consustancial al marxismo 39. c) Métodos de formación de la opiniónipública. Los métodos pa­ ra conseguir la formación de la opinión y la cooperación a los fi­ nes del partido son dos: la propaganda y la agitación. Ambas coin ­ ciden en su finalidad, pero tienen un significado diverso en la en ci­ clopedia comunista. Esta distinción data ya de Lenín que, a su vez, la tom a de Plechanow. La propaganda se dirige principalmente a los m iembros del partido a fin de instruirles en las ideas y solucio­ nes prácticas conforme a la ideología de Marx. Se lim ita, por consi­ guiente, a un número siempre lim itado y, en cierto sentido, selecto. La agitación está más bien dirigida a las amplias masas o los indivi­ duos no inscritos en el partido. Como finalidad principal persigue la acción, porque parte del hecho ideológico de que la cooperación con el gobierno cambia, con el tiempo, la mentalidad. Esta agitación tie ­ ne organos propios. En primer lugar está la agitación oral como careo individual. Con ello se pretende una con frontación de la vo ­ luntad de los individuos con la voluntad del Estado. El activista que se dirige a un ciudadano, exige de él una posición clara o al menos que se ocupe directamente con los problemas del socialismo. El acti­ vista parte del supuesto de que la radio o el periódico pueden ser esquivados por las personas no interesadas. Ante el careo no queda o tra actitud que ocuparse con las preguntas, revelar sus sentim ientos y su posición ideológica. Nadie puede escapar a esta disyuntiva por­ que el activista le sale al encuentro en casa, en la empresa o en la calle y no puede desentenderse de él. Al m ismo tiempo que le obliga a una confesión y delim ita los campos de «amigo» y «enem igo», le lleva por este conducto las ideas y soluciones del partido. Es, por consiguiente, un medio de información mucho más personal e in ­ soslayable que cualquier otro. La agitación oral puede adquirir otras fo rm a s: la radio de em ­ presa, los altavoces en el tren o las reuniones públicas por medio de las cuales el locutor se pone en diálogo con los oyentes. A veces se emplea la form a taimada del cuchicheo y de la protesta contra las 39. Id ., pp. 239 ss.

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