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JOAQUIN DE EN C IN A S 75 I LOS GRUPOS SOCIALES Y LOS MEDIOS DE INFORMACION EN LA SOCIEDAD DEMOCRATICA La sociedad democrática no se basa en la estructura de clases sino en el reconocimiento de la igualdad de derechos individuales. Los vínculos sociales y jurídicos de las antiguas asociaciones profesio­ nales se han relajado y se han formado las masas. En esta sociedad de masas el individuo se encuentra perdido y sólo puede hacer sentir su voz anónima e indiferenciada en las elecciones. Pero las banderías políticas abarcan programas relativamente extensos para poder aten­ der los intereses de los particulares con frecuencia contrapuestos. Para que sus intereses adquieran resonancia social tienen que aso­ ciarse. El individuo se expresa a través del grupo. Y la opinión pública es la opinión de los diversos grupos sociales. La existencia de los grupos de interés, es algo consustancial a la democracia. Ellos son los transmisores del interés de amplias zo­ nas de la población o, por lo menos, se consideran representantes legítimos de todos los intereses aunque no sean miembros del grupo. Con ello se constituyen los grupos en intermediarios entre el gobierno y los gobernados, sirviéndose de la opinión pública como reguladora y coordinadora de los intereses encontrados. La opinión pública no es más que la expresión de las relaciones de los grupos y, como ellas, es algo vago, complejo y flúido. Sin embargo, debería ser fiel reflejo de la vida social. Y aquí empiezan a formarse sombras en el optimismo liberal. La representación cualitativa del grupo, puede ser afectada por los dirigentes del grupo y la representación cuantitativa no es casi nun­ ca completa. La opinión pública, como expresión de la opinión de los grupos, puede ser influenciada y de hecho lo es en mayor medida de lo deseable, por la financiación del periódico. Y por si fuera poco exis­ ten medios de presión directa sobre los organismos estatales para desviar su actividad en provecho de los diversos grupos. La opinión pública o no es clara o no se traduce siempre en decisiones legislati­ vas o judiciales por la interferencia de factores parásitos en la so­ ciedad democrática. La formación de la opinión pública en el ámbito predominan­ temente político-social, tal como se expresa en los medios de in­ formación, no es reflejo fiel de las mentalidades de grupos. En el aspecto económico ocurre algo parecido. La concurrencia libre del mercado y la libre decisión se sienten afectadas por ciertas posicio

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