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JO AQ U IN DE E N C IN A S 101 pecto sicológico. La eficacia de la propaganda dependen, en primer lugar, de la propaganda m isma. Un ejemplo bastan te significativo es el experimento realizado en Francia. Especialistas de la propa­ ganda acuñaron la palabra «OARAP» y se divulgó con todos los re­ cursos atractivos de la publicidad por París. Pocos días después esta palabra hab ía hallado eco en la población, con la particularidad de que cada uno lo asociaba a un producto especial. Cuando se hizo público que tal anuncio no se refería a ningún producto especial, una gran empresa lo compró para propagar sus productos. El ca ­ rácter sugestivo de la propaganda se ha demostrado en múltiples ocasiones. Una expresión grá fica de este carácter sugestivo fue el emblema elegido en la muestra internacional de econom ía y pro­ paganda, en Essen (1955). El emblema de la exposición fue una «garza real» con el slogan : «La propaganda es una creación de la naturaleza». Con ello se quiso insinuar que la propaganda tiene los m ismos recursos sicológicos que la conquista sexual entre los an i­ m a les: el contoneo del gallo y los trinos del ruiseñor. La propagan ­ da no sólo pretende informar, sino inclinar el afecto y la voluntad del consumidor presentándole el lado atractivo de la mercancía. En este sentido la m ejor propaganda es aquella que puede inclinar a los esquimales a comprar neveras para sus hogares 31. Para que esta llam ada a los grupos consumidores sea eficaz la propaganda se dirige a los instintos e inclinaciones fundamentales de la vida h um ana : el instinto de seguridad, de conservación, de dominio y el instinto sexual suelen ser los resortes primarios de la propaganda. A esto se añaden otros resortes secundarios, amp lia ­ mente estudiados en estos últimos tiempos en América, como la ca ­ lidad del anuncio y presentación de la mercancía, garantía y fa c i­ lidades de pago, etc. Otra finalidad importante de la propaganda es despertar las necesidades. El desarrollo industrial ha suplantado al «mercado local» antiguo por el mercado de «grupos consumidores». La producción en serie ha sustituido a la satisfacción de las n ece­ sidades individuales y a un sistema de producción que se orientaba por la demanda. Ahora se produce según las necesidades más o menos homogéneas de los grupos: fam ilias, asociaciones deportivas, pro fe­ siones, etc. 32. Esta propaganda de las mercancías presenta los m is­ mos aspectos en el ámbito de la prestación de servicios: las socie­ dades de seguros, los bancos presentan también a su clientela la parte atractiva y desinteresada de sus negocios. 31. E. W asen, Presse, Rundfunk, Fernsehen, Reklame pädagogisch gesehen, M ü n ch en , 1959, p. 55. G . T r ie s c h , o. c., p. 206: 32. E. W asen , o . c ., pp. 185, 201.

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