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98 LO S G RU PO S SO C IA L E S Y LO S M E D IO S DE IN F O R M A C IO N La amenaza de radicalismo de los organos administrativos de la n a ­ ción sign ifica casi una huelga contra el Estado como organización. No menos importante es la colaboración con los partidos polí­ ticos, por medio de la financiación de la propaganda electoral. T am ­ bién en este caso es significativo el cruce de palabras entre el s e ­ cretario del partido de la democracia y del partido socialista a le - manes-. El secretario del partido socialista dice al secretario del par­ tido de la democracia: «Usted no querrá negarnos que la gente que les mete m illones de marcos en la ca ja de ayuda al partido, no obra según el r e fr á n : después de las elecciones tendréis que bailar al son del que paga». A lo cual responde el secretario de democracia cris­ tian a : «La financiación de un partido no se realiza solamente con donativos; existen también encargos de imprenta, hojas volantes, propaganda, etc. Mire usted el Nuevo Adelante (Neues Vorwärts) y dígame quién encarga y paga esos anuncios. Entonces se verá c la ­ ramente de dónde reciben ustedes el dinero». En el debate sobre el alza de precios del carbón escribía la prensa socialista con fecha de 3 0 -9 -1 9 5 7 : «Los aportadores del dinero en el CDU (partido de la democracia cristiana alemana) piden ahora su retribución y el go­ bierno no se encuentra en la situación de poner lím ites a las pre­ tensiones de los verdaderos señores de la República alemana». Otro medio es la coincidencia en una m ism a persona de la re­ presentación de un grupo y el ejercicio de un cargo administrativo. La administración en el Estado moderno ha ganado importancia. Las cosas se han complicado de tal manera que las instancias ad­ m inistrativas con fían en las instancias inferiores por lo que se re­ fiere a la aplicación de una ley o al modo de aplicarla. Y precisa­ mente en estos pun tos claves han colocado los grupos de intereses gente suya. Existen algunos cargos que parecen de sucesión h ere­ ditaria, no de herencia fam iliar, sino de herencia dentro de los grupos **. 29. V. O. K ey , o . c „ pp. 152 ss. D. S tenberger , 1. c., p p . 205, 206. R . B rei - tling , o. c., p. 37. B. R oegele , 1. c., p . 58 . J . H óffner , 1. c . , p . 333. S e h a ha- tling, o. c., p. 37. B. R oegrle, 1. c., p : 58 : J : H ó ffn e r, 1 : c :, p : S33: S e h a h a ­ bla do de los grupos religiosos p on ién d oles a v eces al m ism o nivel que lo s grupos de presión. C ierto que las ora cion espú blicas de la Ig lesia ca tólica ,p or ejem ­ plo, pueden in flu ir e n ciertas d ecision es parlam en tarias o la p alabra au torizada de la jerarqu ía con m otiv o d3 las v ota cion es electorales puede in flu ir en la op in ión pública. EH m eca n ism o sicoló g ico del in flu jo d e los gru p os religiosos puede ser el m ism o que el de los gru p os de presión. P e ro los intereses y los fin e s d e a c­ ción obed ecen a esferas de a cció n totalm en te distintas. E n este sen tid o h abla tam bién P ío X I I del in flu jo d e los gru p os ca tólicos en la resp on sabilidad p olítica. El papel d e lo s católicos., según P ío X II , ha cam biad o fu n d am en talm en te en m u­ c h o s p a íse s; h a n pasad o d e ser m in orías a bloques relativam en te fu ertes. En

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