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JO A Q U IN DE E N C IN A S 97 fle ja la opinión de los grupos organizados, puede decirse que todo grupo intenta ejercer presión sobre los organismos estatales. La pren ­ se ejerce un in flu jo n o solamente por lo que dice, sino por lo que ca lla : «los espacios blancos» de los periódicos pueden ser m ás peli­ grosos que la opinión razonada. Además de la presión de la opinión pública, existe una presión directa sobre los organismos del Estado que es ejercida por los grupos de presión. Lo característico de los grupos de presión es el in flu jo directo so ­ bre los partidos políticos, sobre los organismos legislativos, sobre el gobierno, sobre la adm inistración y sobre la jurisprudencia. Los m é ­ todos son varios y, acaso, no sea el m ás típico la prensa. En primer lugar figura el sistema de «lobbying», es decir, los secretariados de los diversos grupos que m an tienen en torno al parlamento sus re­ presentantes con el fin de servir de consejeros en la actividad le­ gislativa del gobierno y de in form ar a los grupos interesados sobre el alcance e importancia de las diversas leyes que atañen los in ­ tereses particulares del grupo. Pese a la m ala fam a en que se suele envolver a estos representantes de los grupos, es una institución que se h a hecho necesaria en los países democráticos. El gobierno parte para sus actuaciones de la consu lta de los interesados. Por otra pa r­ te, las tareas legislativas se h an hecho actualmente tan complica­ das que n ingún diputado se encuentra en la situación de poder dar su opinión personal sobre los diversos asuntos legislados. Se impo­ ne, por tan to, el contacto con los especialistas en la m a teria para formarse un juicio de la utilidad, conveniencia e importancia de las decisiones legislativas que se proponen a votación en el pa rla ­ mento. Más de 270 secretariados m an tienen en Bonn los diversos grupos de intereses. Los «lobby» son un fenómeno previsto, aunque no legislado en los sistemas democráticos. Pero esto no impide que cada uno pre­ tenda «llevar el agua a su molino». El consejo o el trato personal con los diputados o con las fracciones de los partidos (public rela- tions) está orientado no al bien común, sino al bien particular del grupo que representan. Otros medios de presión suelen ser las demostraciones, huelgas, marchas de silencio o la publicidad de presagios sombríos sobre la marcha económ ica de la nación como consecuencia de determ ina­ das leyes. Particularmente la amenaza de huelga puede tener re­ sultados efectivos. Un caso representativo de este método es el te ­ legrama que la federación de funcionarios alemanes envió en una ocasión a Adenauer, redactado en los siguientes térm inos: «Petición de huelga círculos de funcionarios aum en ta amenazadoramente. B a ­ rreras contención posible radicalismo insostenible por más tiempo». 7

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