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JO AQ U IN DE E N C IN A S 95 ferencia a un ideario político o religioso, sin ligarse a los grupos correspondientes. Así, por ejemplo, los periódicos católicos indepen­ dientes de Bélgica y Holanda. Esto les permite criticar ob jetiva ­ mente la actuación de los partidos católicos. Es en esta clase de pe­ riódicos donde la opinión pública suele estar m ejor representada 26. Aparte de esta filiación a los diversos grupos suele influir n o ta ­ blemente en la opinión representada por el periódico la financia ­ ción económ ica del m ismo. La financiación del capital de la ed ito­ rial de prensa ofrece varias formas. En A lem an ia suele preferirse la form a de «sociedad de responsabilidad lim itada» por lo que se refiere al capital inicial. Aún en este caso el capital de la editorial puede pertenecer a una sola persona, como, por ejemplo, cuando el editor es al m ismo tiempo empresario; el capital puede ser aportado por varios miembros, uno de los cuales figura como editor y los otros como directores del periódico. Y , finalm ente, el capital inicial puede ser aportado por un partido o por un grupo. Los representan­ tes del partido o del grupo actúan en este caso como consejo de redacción. Del capital inicial parte ya la orientación de la opinión pública representada por el periódico. Esta linea de acción del p e ­ riódico suele fijarse en form a general y debe ser adm itida por los colaboradores. El director del periódico tiene que vigilar para que el periódico refleje efectivamente la opinión prefijada, particu larm en ­ te en los problemas de cierta importancia vgr. el problema del de­ sarme o del rearme atóm ico, la actitud del periódico en la campaña electoral, etc. No puede decirse que existe una lim itación de la liber­ tad de expresión de los redactores. Se trata más bien de una orien­ tación general que coordine las diversas fuerzas en el plano de con ­ jun to que es el periódico. Otras formas de financiación de la prensa son las ayudas eco­ nóm icas de la industria. La industria suele ofrecer su cooperación económ ica cuando el periódico está en peligro de quiebra. Esto, que sign ifica en muchos casos la salvación del periódico, tiene sus des­ ven ta jas para la libertad de expresión. El capital industrial n o tiene una relación personal con el periódico, pero suele traer consigo una opinión política que debe reflejarse en el periódico patrocinado. Más peligroso es el capital de los bancos. Tan anónimo como el an ­ terior suele ejercer mayor in flu jo en los periódicos. Los periódicos, en general, son empresas que se mueven en la línea fronteriza de la rentabilidad. El acceso al crédito, la consecución de fondos de re­ serva para fines específicos, etc., someten a los periódicos a la de­ 26. U . DE VOLDER, O. C., p p . 97 SS.

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