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JOAQUIN DE EN C IN A S 85 dividuos figuran ahora las asociaciones; el interés individual se ha convertido en interés de grupo y otro tanto puede decirse de la auto decisión personal, de la responsabilidad e incluso de la concurren cia. Típico de estas asociaciones es el olvido del bien común o la identificación de sus intereses privados con los Ínteres de la co munidad n. 4. Los medios de información. Los medios de información son órganos de expresión de la opi nión pública. Estos medios son incontables y de incontrolable varie dad. En primer lugar existe la prensa con una gama igualmente inabarcable de matices y diferenciac'ones, por lo que se refiere a la forma y al volumen de páginas. Existe la radio, la televisión y el cine. Es difícil establecer comparaciones sobre las ventajas y efec tividad de estos medios de información. La radio y la televisión per miten un contacto más directo entre el locutor y el oyente. Este contacto personal es menos intenso que en los mítines o en las ma nifestaciones populares, donde además se da una especie de contagio de las masas. Pero si el locutor de radio domina el arte de la ex presión puede, por medio de las flexiones, acentuar ciertos con ceptos y así gravarlos mejor en la mente del oyente. La televisión añade sobre ello la imagen. Pero a todos estos medios les es común su limitación en cuanto a la extensión y a la frecuencia del noticia rio y de la información. La radio y la televisión y mucho más el cine se dirigen a un pú blico más numeroso y heterogéneo que los periódicos, aún tratán dose de periódicos sensacionalistas. Esto determina también la ca lidad y clase de información. La publicidad se rige por la ley de las necesidades generales del hombre y por la ley del mínimo esfuerzo. Cuanto más amplio es el círculo de oyentes más debe tenerse en cuenta los deseos fundamentales en los que suelen coincidir la ma yoría, lo ameno o lo utilitario. La comunidad reacciona fácilmente ante todo lo que tiene importancia vital como es el vestido, ali mento, habitación, amor, familia. Pero se interesa menos por la formación cultural. La prensa en cambio tiene, sobre el cine y la radio, la ventaja de encontrarse en todas partes, de hablar un len guaje comprensible a todos, de contener algo para todos, de ser actual. No ejerce la sugestión de la palabra hablada o de la imagen, pero la variedad de recursos para sugestionar e interesar al lector 11. J . H ó ffn e r , 1. c., pp. 331, 332.
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