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64 E L SACRAMENTO DEL BAUTISMO Bajo cualquiera de los aspectos es el bautismo «sacramento de la fe». Al darle la fe simultáneamente, ’’ilumina” al hombre. Quiere decirse que la fe nos da una «visión divina» de las cosas al mismo tiempo que nos dota de la capacidad para realizar la visión del universo desde Dios. Esta es la nueva mentalidad que nos otorga la fe: da al hombre una que llamaríamos mentalidad e ideología «divina». Porque la fe es una participación en la creatura racional de la misma ciencia de Dios, del modo cómo Dios se ve a sí mismo y todas las cosas desde sí mismo. La fe da al bautizado una perspectiva divina para mirar todos los seres y todos los problemas y además, los prin­ cipios básicos para resolver desde Dios todos los problemas que ofrece la realidad y la vida humana. Con esta nueva perspectiva divina comprende el sentido más hondo e inédito de la realidad; logra una nueva visión valorativa de su propia vida, de la vida de los demás hombres, de Dios y de todo el universo. 3. Nueva situación ante Dios. — Esta viene determinada por el hecho de que el hombre participa, en el bautismo, de la vida divina en su doble dimensión de verdad y de amor. El amor le comunica al hombre una nueva situación «existencial- óntica». Se comprende el sentido de la frase si se recuerda que el bautismo hace al hombre participe de la naturaleza divina, le in­ funde la gracia como nuevo «ser sobrenatural». Además, le sitúa co­ mo «hijo de Dios ante el Padre»; le introduce en la Familia divina por la incorporación a Cristo. En Cristo le consagra al servicio de Dios Trino por la participación en su unción mesiánica. Como en cada uno de estos instantes nos hallamos entre auténticas realidades por eso nos permitimos hablar de una nueva situación, de situación «existencial-óntica», porque afecta al ser del hombre en su dimensión sobrenatural. Dentro de la totalidad de esta nueva situación existencial ante Dios, hay que resaltar el hecho de que el bautismo capacita al hom­ bre y le comunica una nueva concepción de Dios. Esta nueva con­ cepción sobrenatural es el resultado, en el orden cognoscitivo, de la situación objetiva en que entra el bautizado: hijo de Dios en Cristo. Al ser constituido hijo de Dios, el bautismo —como sacramento de la fe— , da al hombre una visión de Dios, ilumina al hombre con una visión de Dios nueva, sobrenatural: ve a Dios desde Dios y desde la ciencia de Dios que le da la fe. 4. Nueva concepción del hombre. — El bautismo «ilumina» al hombre hasta darle una nueva concepción de sí mismo: de su origen, contenido y destino. Sólo al bautizado le es concedido desvelar la profundidad última de su propio ser. Por la fe que recibe en el bau­ tismo, llega a saber el hombre que él es —en la articulación misma

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