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62 EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO Como hemos visto, repetidas veces, el bautismo nos hace «hom­ bres de Cristo». San Pablo nos habla frecuentemente del «hombre nuevo». El hombre nuevo es el hombre en Cristo, en el Espíritu, el hombre bautizado Dando una referencia antropocéntrica a toda la teología bautismal, podríamos decir que el efecto total del bau­ tismo, el resultado que Dios logra en nosotros al introducirnos en el misterio del bautismo es crear un hombre nuevo y superior. El bautismo nos incorpora a Cristo. Con ello la vida entera del bautizado entra en una situación ontológico-existencial completa­ mente nueva, tiene un «nuevo ser», que San Pablo llama ’’s e r -e n - Cristo” . Podemos hablar de nuevo ’’ser” , porque la incorporación a Cristo se hace por la introsuscepción de la vida de Cristo en nosotros; mejor aún, por la incapsulación vital de nuestra «existencia» en la «existencia» (glorioso-neumática) de Cristo para Dios. Si nosotros, personalmente y como problema propio hubiésemos de reconstruir una auténtica concepción cristiana del mundo (de Dios —del hombre— del cosmos y de sus relaciones mutuas) habríamos de partir de aquí: del bautismo como acontecimiento radical que nos da un nuevo «ser-existencia»: ser -en -C r isto . Desde aquí, desde esta nueva situación existencial, hay que partir para elaborar la concep­ ción cristiana del hombre en sí mismo y en sus relaciones con Dios, con los demás hombres, con el cosmos. Una de las grandes aspiraciones y de las mayores inquietudes es­ pirituales de nuestro tiempo es la creación de un nuevo humanismo El marxismo ateo se presenta ante nosotros como el esfuerzo defi­ nitivo por lograr un «humanismo total». El marxismo es el encuentro completo del hombre consigo mismo. «El comunismo coincide con el humanismo», según frase de C. Marx u. Fuera del ámbito extre­ mista del marxismo, toda nuestra cultura contemporánea está satu­ rada de filosofía subjetivista, que no quiere aceptar como valiosas las verdades (aún las reveladas), sino en la medida en que afectan a los problemas humanos y aportan una solución al problema radical: al problema de la vida humana. Las bases que la teología puede ofrecer para una sólida y convin- V I I .— H O M B R E N U E V O Y S U P E R IO R , C R E A D O P O R D IO S 42. S o b r e e l « h o m b r e s n u e v o » e n S a n P a b lo p u e d e v e r s e J . M . G o n z á le z R u iz . L a d ig n id a d , d e l a p e r s o n a h u m a n a s e g ú n S a n P a b lo . M a d r id , 1956. 43. B a r t h . M a y d ie u . J a s p e r s , H a c ia u n n u e v o H t t m a n is m o . S e le c c ió n y p r e ­ s e n t a c ió n d e e s t u d io s p o r J . L . L . A r á n g u r e n . M a d r id -B o g o t á , 1957. 44. O b . c it . , p . 249.

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